Educación para todos

Fuiste humilde, generoso, recorriste los barrios inundados por el desborde de un río y aprendiste que la caridad no es sólo una palabrita. Viste que el camino era sanar, dar de comer, proteger y sobre todo albergar en la escuela a todos esos niños desamparados que ibas a buscar a su casa y devolvías de tu mano al final de la jornada. Fabricabas a la noche la tinta, criabas aves para proveer de plumas. Pediste sin humillarte, recibiste sin olvidar. Renunciaste a tu herencia y fuiste donde el Señor te llamó. Pero, sobre todo, fuiste el primero que dijo que las escuelas debían estar al alcance de todos, ser gratuitas. Que los docentes tenían que estar altamente capacitados, que el crecer en la fe es el camino hacia Cristo. Quisiéramos compartir con los compatriotas este ejemplo de santidad. La historia de nuestro santo patrono: San José de Calasanz. Su obra sobrevivió casi cinco siglos y seguirá en pie. Porque la educación no es sólo un derecho sino un deber de los gobiernos para con sus pueblos. Hoy que otras aguas turbulentas azotan la barca más que nunca te honramos y te damos gracias querido San José de Calasanz, quien supo ver en los niños futuros hombres de una nueva humanidad.

Alumnos de polimodal 1º A

Colegio Cristo Rey