Año CXXXVI Nº 49943
Política
La Ciudad
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 23/08
Campo 23/08
Salud 20/08
Autos 20/08


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 24 de agosto de 2003

Comercio exterior. El déficit comercial con el vecino país se acentúa debido a que Argentina concentra ventas en pocos sectores ligados a precios internacionales
El caso Brasil: entre la invasión y las dificultades para poder exportar más
Un informe revela que el país está lejos de una "avalancha" de productos brasileños. Hay mayor sensibilidad en sectores como calzado deportivo y pollos

La relación entre Argentina y Brasil está pasando por un momento crítico desde el punto de vista comercial. Esto se explica, en parte, por la divergencia en la situación macroeconómica en que se encuentra cada uno de los países. Mientras la economía argentina se recupera luego de sobrepasar la peor crisis de su historia y espera un crecimiento de alrededor del cinco por ciento en el PBI en el 2003, por el lado de Brasil la economía se desacelera, lo cual dificulta el acceso a ese mercado y potencia el flujo de ventas de productos brasileños hacia el país.

Así lo explica un informe elaborado por abeceb.com, del Centro de Estudios Bonaerenses, el cual precisa que "en julio pasado se repitió el saldo comercial negativo para Argentina por segundo mes consecutivo, que no hizo más que mantener una tendencia evidenciada desde inicios de año".

Las exportaciones argentinas hacia el vecino país del Mercosur no lograron incrementarse y lograr tener un comportamiento normal.

El estudio revela que las ventas argentinas a Brasil continúan con bajo nivel de dinamismo e inserción, lo que se vio reflejado en julio pasado cuando cayeron por quinta vez consecutiva. De ese modo, en el acumulado de los primeros siete meses del año 2003 la retracción alcanza al siete por ciento respecto a 2002.

Por otro lado, las importaciones desde Brasil siguen en aumento, y en el acumulado de enero-julio de 2003 el crecimiento alcanza al 86 por ciento.

Asimismo, las importaciones crecen, lo cual se justifica por la recuperación económica en Argentina y la desaceleración de la actividad en Brasil.


Invasión poco creíble
Sin embargo, todo lo anterior no justifica la hipótesis de que haya una invasión generalizada de productos brasileños, ya que el promedio mensual de importaciones desde aquel país en el 2003 es de 319 millones de dólares, mientras que el promedio del trienio 1999-2001 asciende a 460 millones de dólares.

Además, los sectores que explican el crecimiento absoluto de las importaciones desde el país vecino son escasos: el 35,8 por ciento se debe al aumento en las compras de vehículos, y máquinas y aparatos mecánicos, que son dos sectores que aún están en niveles de importaciones inferiores a los de 1999 (51% y 39,1%, respectivamente).

Por otra parte hay que considerar que el contexto es muy distinto al que se daba en 1999 (ocasión de la devaluación en Brasil), etapa en que se intensificó la llegada de productos brasileños.

En aquel momento, ante la entrada en recesión en Argentina y las dificultades que planteaba el tipo de cambio fijo para la competitividad sectorial, las importaciones brasileñas dañaban la producción local en varios de estos sectores.

Hoy la situación es bastante distinta, porque más allá de las restricciones crediticias, el contexto post-devaluatorio favoreció la producción de algunos sectores de la industria, aunque los bienes durables no se encontraban entre ellos.

En consecuencia, más allá del crecimiento de las compras a Brasil por parte de la Argentina, no puede afirmarse que se trate de invasión, dado que se está comparando con un nivel muy bajo como el de 2002 (mientras que aún está por debajo del flujo de 1999).

Son escasos los sectores que explican la mayor parte del crecimiento absoluto de las importaciones, y no se trata de un incremento generalizado a todos los rubros.


Los sectores sensibles
Lo que sí queda claro es que se verifica la existencia de problemas puntuales en sectores específicos, los cuales tienen una reducida participación del total de lo adquirido al país vecino y, en algunos casos, su producción local no alcanza a satisfacer a una creciente demanda en Argentina.

En ese marco, se debe realizar un análisis más detallado y estudiar el comportamiento de distintos sectores o productos sensibles en el comercio bilateral.

Para dar una idea de la situación se pueden analizar las particularidades que presentaron seis sectores que representan el 9,6 por ciento de las compras argentinas a Brasil en 2003. Se trata de: plásticos, fibras sintéticas, calzados, porcinos, pollos y telas denim.

Tanto en los casos de materias plásticas (y sus manufacturas) como en el de fibras sintéticas o artificiales, se trata de sectores en los que la importación desde Brasil se incrementó tanto respecto a 2002 como a 1999 y en los que los productos brasileños representan entre el 30 y el 50 por ciento del consumo aparente argentino.

Además, son sectores en los que el mercado argentino es relevante en el total de exportaciones brasileñas del sector.

En el caso de calzado, se evidenció un aumento de importaciones respecto a 2002, pero el nivel es 52,8 por ciento inferior al de 1999. Uno de los principales ítems en los que se verifica un incremento importante de las compras a Brasil es en calzado deportivo. El posible impacto negativo sobre la producción en Argentina influiría sobre las cerca de 800 empresas que hay en el país, principalmente pymes (el 95% ocupa menos de 50 personas), que están localizadas en su mayoría en la provincia de Buenos (sobre todo La Matanza y Lanús) y Capital Federal.

En lo referido a porcinos, sector cuya actividad en Argentina se realiza en alrededor de 60 mataderos habilitados mayoritariamente en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, también ha sufrido un incremento de las importaciones desde Brasil.

De todas maneras, este crecimiento de las compras es respecto a 2002 pero no si se lo compara con el año 1999 y, además, los productos brasileños sólo representan el 11% del consumo aparente argentino.

En la actualidad, Argentina se lleva casi el 10 por ciento de las exportaciones brasileñas totales del sector.

El sector de pollos no es relevante en el total de importaciones desde Brasil (representa sólo el 0,06%). Asimismo, aquel país, que es un gran productor internacional, destina en 2003 sólo el 0,16% de sus exportaciones al mercado argentino y el total de los pollos brasileños en la Argentina representan menos de uno por ciento del consumo aparente.

El principal problema que aqueja a la producción local (localizada casi en su totalidad en Entre Ríos y Buenos Aires) proviene del bajo precio al que los productos brasileños acceden al mercado nacional (en el 2003 un 23,2% inferior al que venden a otros mercado del mundo).

Recientemente, al bajar la medida antidumping que existía, se le prometió al sector argentino que Brasil respetaría el mercado local y que se lograrían entendimientos a través de foros de competitividad.

El sector argentino había pedido un acuerdo de un precio mínimo, basado en el precio promedio de las exportaciones brasileñas al resto del mundo, como requisito.

Por último, las importaciones desde Brasil de telas denim crecieron un 855,2% respecto al 2002 y un 43,3% en comparación con 1999. En este producto Brasil también vende más barato a la Argentina que al resto del mundo (un 13% menor).

En relación a estas problemáticas, el gobierno nacional está analizando la implementación de un mecanismo flexible para solucionar los desbalances que se provocan en el comercio bilateral ante situaciones extremas de variaciones del tipo de cambio, o bien divergencia en el comportamiento macroeconómico y, que a su vez, pueden tener un efecto nocivo sobre la producción en un país.

Esta medida no sería generalizada sino que se aplicaría a algunos sectores con problemas puntuales como el caso de fibras e hilados sintéticos o artificiales, calzado, telas denim, entre otros.


El eje del problema
Más allá de la airada discusión acerca de las importaciones desde el mercado brasileño, hay algo latente detrás del comercio entre ambos países que es el principal foco de debilidad en la relación bilateral: las exportaciones argentinas a Brasil.

El flujo de ventas argentinas a Brasil tiene una extrema dependencia del comportamiento del PBI de aquella nación. Y más allá de la reciente devaluación en Argentina, no se pudo lograr un mayor dinamismo e inserción en el mercado vecino.

En los primeros siete meses de 2003, las exportaciones argentinas a Brasil fueron de 2.687 millones de dólares, un 7,3 por ciento menos que en igual lapso del año pasado y un 31,8 por ciento inferior al nivel de 2001.

El problema radica en dos cuestiones básicas. Por un lado, se destaca una gran concentración de los envíos a Brasil en pocos sectores (en el 2003 el 53,9% lo constituyen cereales, combustibles y vehículos) que son, en gran medida, dependientes de precios internacionales o bien de acuerdos institucionales (caso automotriz).

Por otra parte, los productos argentinos no fueron capaces de adaptarse a los cambios en la demanda de productos internacionales de Brasil, verificándose un claro proceso de sustitución de productos argentinos por los del resto del mundo.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
En junio se repitió el saldo comercial negativo.

InfografíaInfografías
Exportaciones a Brasil

Notas Relacionadas
Acuerdos políticos


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados