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 martes, 24 de junio de 2003

El premio Nobel de la Paz inició un curso ante 170 cadetes
Pérez Esquivel pidió sentido crítico a los futuros policías
Frente a órdenes injustas, los exhortó a no tener obediencia ciega. Y a ser creativos al enfrentar conflictos sociales

Paola Irurtia / La Capital

El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel inauguró con una clase en la Escuela de Cadetes de Policía en Rosario las Jornadas Internacionales de Educación para la Democracia, Cultura de Paz y vigencia de los Derechos Humanos. Más de 170 cadetes del último año de la carrera presenciaron atentos los análisis que realizó el laureado humanista sobre la expansión de Estados Unidos, en cuanto al modo de plantear los conflictos y sus posibilidades de resolución desde una única e interesada perspectiva, y la necesidad de encontrar variantes de situarse ante los problemas para encontrar soluciones. Pérez Esquivel señaló que el desafío del siglo XXI es apelar a la creatividad y al sentido crítico para construir la sociedad deseada, con la reformulación de sus instituciones, entre ellas, la policía.

"La policía tiene una función de seguridad y servicio a la comunidad. Pero a partir de disputas políticas y económicas se volvió una fuerza de ocupación y represión", dijo Pérez Esquivel, que clamó por que la institución pueda alcanzar una función "solidaria", tal como se plantea desde el Foro Social Mundial y "no provoque que la gente se cruce de vereda al verlos, por temor".

Pérez Esquivel remarcó que el concepto que promovió la Escuela de las Américas desde la doctrina de seguridad nacional, y aún está presente en la instituciones armadas, se basa en una hipótesis de conflicto contra enemigos internos que se reformula constantemente. "Desde la caída del muro de Berlín, que marcó el fin del comunismo como amenaza mundial, todos nos convertimos en sospechosos de narcotráfico o terrorismo", ejemplificó. Ese proyecto, instrumentado desde Estados Unidos como una extensión de su política de militarización, "encuentra enemigos dentro del pueblo". Frente a un menor que está en alto riesgo social -dijo-, esa forma de plantear los problemas otorga una denominación, chico de la calle, cuando no existen chicos que «sean de la calle», y los plantea como posibles delincuentes dado su estado de pobreza. "No los considera como víctimas de políticas sociales", señaló en un intento de demostrar las distintas formas de plantear los problemas para buscar las soluciones.

Su invitación llamó a generar respuestas propias a los conflictos y recuperar la dimensión humana desde la riqueza que ofrece la diversidad.

"No olvidemos que la dominación no empieza por lo económico, ni lo político, sino por lo cultural", señaló el premio Nobel, que instó a aguzar la creatividad, la imaginación y la crítica para encontrar nuevas formas de situarse frente a los problemas y encontrar respuestas en contra de los planteos que se ofrecen como los únicos posibles. "Ese es el desafío del siglo XXI", dijo.

En la construcción de otra policía como "una autoridad social, que está al servicio de la comunidad para construir una sociedad más justa" remarcó la importancia de distinguir entre la obediencia ciega y la obediencia en libertad, basada en una conciencia crítica. "Los amantes de la libertad son respetuosos de la ley y el desafío es cómo construir lo legal unido a lo justo, ya que no todas las leyes son justas y a las injustas hay que resistirlas hasta su disolución", remarcó.

Otro de los objetos de análisis fue el comportamiento corporativo que es común encontrar en las fuerzas de seguridad, así como en otras instituciones. "Estos mecanismos apelan a diluir las culpas de las tareas colectivas, pero sólo llevan a la desaparición de la persona. Es importante no perder nunca el sentido del ser humano que cuestiona, interpela, reclama un lugar en la vida", señaló. "Tenemos que poder construir dentro de las instituciones a las que pertenecemos", instó.

Pérez Esquivel, que se definió un "optimista por naturaleza", confía en que las nuevas generaciones que llegan a las fuerzas de seguridad tengan un contacto más directo con otros sectores sociales para llevar una visión más amplia que logre modificar los conceptos que guían su función y lleguen a producir cambios en sus prácticas.

El público asintió con beneplácito muchos pasajes de la exposición. Llegado el momento de interpelar a Pérez Esquivel, los futuros oficiales se mostraron preocupados por la política exterior de los Estados Unidos, su comprometida posición ante las Nacional Unidas tras la guerra en Irak, la situación del pueblo cubano después de 40 años de bloqueo, y las consecuencias que padece México desde su participación en el Alca. También preguntaron si esos mismos informes del premio Nobel fueron presentados ante los senadores y diputados de la Nación, y manifestaron su preocupación por la formación de la clase política en cuanto al panorama económico internacional y la situación de los derechos humanos.

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Esquivel instó a los cadetes a ser solidarios.

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