Una empleada de 27 años murió tras ser emboscada por dos chicos de 16 años

Dos adolescentes están presos por el asesinato de una joven motociclista

Admitieron que ella se estrelló contra un árbol al intentar eludir el asalto. La autopsia prueba que no la golpearon

María Laura Cicerchia / La Capital

Faltaba poco para las 6 de la mañana, no había nadie en la calle y la niebla impedía ver más allá de unos metros cuando dos jóvenes se interpusieron al paso de la moto Honda Dax en la que todos los días Carla Palma iba a trabajar a una estación de servicios de la zona oeste. La chica enseguida adivinó que se trataba de uno de los tantos robos que acechan al barrio República e intentó esquivarlos a alta velocidad, pero el resultado de la maniobra fue fatal. La muchacha chocó contra un árbol y murió en forma inmediata por estallido de cráneo. Por la tarde la policía detuvo a dos menores de 16 años que confesaron el robo y recuperó la moto de la chica.

La detención de los acusados se produjo a dos cuadras del lugar donde quedó tendido el cuerpo de Carla Palma Maidana, de 27 años, luego de que intentara evitar el robo de la moto que había comprado en cuotas durante tres años. Era una Honda Dax 60 bordó en la que viajaba desde su casa en Empalme Graneros, donde vivía con su pareja y su hijo de 9 años, hasta la estación de servicios YPF de Felipe Moré y Mendoza.

Carla trabajaba allí desde hacía seis años en el sector de los surtidores y a la vez atendía el minishop, que ayer estuvo cerrado por duelo. La chica cumplía horarios rotativos y el lunes debía reintegrarse al turno de 6 a 14. Todos los días, según sus compañeros, hacía el mismo recorrido. Ayer, diez minutos antes de las 6, viajaba por calle Sucre entre San Luis y San Juan cuando dos jovencitos le impidieron el paso, armados con dos palos que obtuvieron tras partir el tutor de una planta.

En ese momento, según la hipótesis policial, la chica realizó una maniobra para esquivar a los asaltantes y aumentó la velocidad. "Es probable que luego haya mirado hacia atrás y cuando intentaron agredirla con el palo perdió el control y el vehículo se fue a gran velocidad contra el cordón", sostuvo el comisario José Luis Juárez, jefe de la Brigada de Homicidios.

En el lugar quedó la marca del pedalín al rozar contra el cordón. Esa circunstancia hizo que la moto se descontrolara y Carla golpeara con fuerza contra el grueso tronco de un árbol que llega hasta el borde de la vereda. El impacto le causó un traumatismo múltiple de cráneo y su cuerpo quedó tendido en el asfalto con la cabeza partida, en medio de un gran charco de sangre y huellas de una frenada. La autopsia reveló que la muerte fue consecuencia del choque contra el tronco y no producto de un golpe con un palo, como suponían en un comienzo los investigadores. El estudio no encontró indicios de que hayan golpeado a la chica y el cuerpo sólo presentaba las "lesiones típicas" del impacto, aunque en la vereda los policías secuestraron cuatro trozos del poste "cuadrado y muy pesado" que habrían usado los atacantes.

Los ladrones huyeron en la moto sin robar las otras cosas de valor que llevaba Carla: tres anillos de oro, un bolso, su DNI y una tarjeta de crédito quedaron allí junto a un espejo retrovisor y algunos trozos de la moto.

"Escuché un impacto muy fuerte que parecía de un choque o un accidente. No se escuchó ningún grito de pelea o dolor. Después arrancó fuerte una moto, me asomé por la ventana y vi el cuerpo de la chica", contó un vecino que fue quien dio aviso a la policía.


Un teléfono, una pista
El primero en llegar al lugar fue Juan José Rodríguez, un ciclista que todos los días cruzaba a Carla a la altura de calle Córdoba y aunque ayer viajaba detrás de ella no alcanzó a presenciar el robo ni el choque. Entre los que se acercaron al lugar se encontraba Rubén Fernández, el dueño de la estación de servicios. "Este fue su primer trabajo formal. Empezó con nosotros cuando tenía 20 años y con ella existía una relación que va más allá de lo laboral. Era una chica muy dinámica, con muchas ganas de trabajar. Estoy muy dolorido", reveló, rodeado por los compañeros de Carla.

De inmediato el sitio se llenó de vecinos que conocían a la chica por su trabajo en la estación. Un conocido aportó el número de chapa patente del ciclomotor (621CCR) y con ese dato comenzó la búsqueda. Mientras las emisoras y noticieros anunciaban el caso, un llamado anónimo dio la pista a los investigadores de la comisaría 6ª y del Comando Radioeléctrico de que un vecino había visto una moto similar en la zona. Luego, un nene de 7 años aportó otro dato revelador: dijo que había visto cuando dos chicos andaban en moto por la vía que corre a dos cuadras del lugar del accidente, paralela a Felipe Moré.

Con esa información, dos menores que finalmente reconocieron el robo fueron detenidos en dos casas de San Luis y Paraná. Más tarde, en una vivienda de Deán Funes al 4200, la policía localizó la Honda Dax. El lugar donde fueron apresados es el mismo que los vecinos señalan como residencia de los supuestos responsables de los robos y arrebatos ocurridos en el barrio, a quienes sindicaron como "los chilenos". Los acusados quedaron detenidos a disposición del juez de Menores Jorge Zaldarriaga, quien debe definir el encuadre legal del caso.

Carla murió cuando iba a su trabajo.