Ricardo Canals se entrega a la entendible sensiblería de los recuerdos. A pesar del reloj del tiempo y de su voluntad de disimulo, el pasado reciente con la camiseta de Central le sigue bailoteando como una dama encantada. Ni siquiera el desafío personal de terminar su carrera en Fénix lo ayuda en la tarea del olvido. Por eso rellena las frases con algún adverbio largo, intercala el nosotros que fluye de su inconsciente canalla y pocas veces maneja silencios para discernir el escape que significó su partida de Arroyito. Elige el misterio histórico de Colonia para que el grabador de Ovación aprisione sentencias y guarde el envase no retornable que todavía contiene al tipo que no nunca le huye a los compromiso del corazón.
-¿Ya procesaste tu salida de Central?
-Creo que recién la estoy superando ahora. Me di cuenta el otro día cuando vi a los muchachos jugar, ahí alcancé a tomar dimensión de lo importante que fue Central en mi carrera. Esto siempre es así, uno valora y siente mucho más las cosas cuando ya no las tiene o como en este caso deja de pertenecer a un club que marcó a fuego tu vida. Esto ya lo dije muchas veces, Central fue un pedazo importantísimo de mi carrera.
-Teniendo en cuenta que Menotti en ese momento te propuso que te quedaras, ¿no creés que fue una decisión apresurada haberte ido?
-Es cierto, Menotti me pidió que me quedara. Pero yo sentía que tenía que irme. Fueron muchos años de desgaste, de no jugar todo lo que yo quería. Además también puse en la balanza la dificultad de Central en lo económico, por ser uno de los más grandes estaba obligado a tomar partido de ciertas cuestiones que rozaban al plantel y la verdad, necesitaba cortar con todo eso.
-Digamos que la situación del club te ganó por cansancio.
-Y, era difícil lidiar todos los meses con problemas. Aparte no estaba bien anímicamente para hacerle frente a esas cosas porque jugaba poco. De última cuando vos jugás y tenés esa clase de inconvenientes, la piloteas. Pero si no jugás eso a la larga te desgasta, tenía y debía darle un corte a esa situación. Por eso decidí venirme a Uruguay.
-En medio de esa situación que estabas viviendo, ¿cuánto tuvo de culpa que Menotti no te diera la chance de jugar?
-La verdad, no tengo un sólo reproche para hacerle a Menotti. Es más, le voy a estar siempre agradecido al fútbol por haberme dado la posibilidad de ser dirigido por un técnico que es uno de los referentes a nivel mundial.
-Ni siquiera le preguntaste porqué no jugabas.
-Mirá, un futbolista cuando no juega siempre trata de justificarlo con algo. La verdad, es que yo en ese momento no estaba para ser titular y por eso no jugaba.
-Y ahora, ¿estás enganchado con la realidad futbolística de Central?
-Sí, todos los días leo Ovación y sé lo que pasa en la institución y en el equipo. A la distancia se ve que las cosas están un poco más organizadas. Se armó un buen plantel para afrontar una posición incómoda con el promedio, pero no tengo dudas de que los muchachos van a salir adelante.
-¿Te cuestionás no haber jugado todo lo que hubieras querido?
-Esa es mi gran cuenta pendiente que traje de mi paso por Central. Pero ya está, el destino quiso eso. A nivel lesiones en Central me pasó de todo, y contra eso siempre arrancás perdiendo con el resto de los muchachos.
-¿Dónde viviste el triunfo ante Newell's tras 22 años de no ganar en el Parque?
-Ese día tuve que hacer zapping porque también se jugaba el clásico entre Peñarol y Nacional. No quise ir a la cancha para quedarme a ver el partido de Rosario. Por fin se hizo justicia, Central jugó bárbaro, el triunfo fue el premio a la convicción que tenía ese equipo para jugar.
-¿A Central lo ubicás en el mismo lugar de tu corazón que a Nacional?
-No, a nivel afectivo Central fue lo máximo que me pasó en mi carrera. Nacional me dio la chance en el fútbol, pero Central es otra cosa. Ahí me sentí útil en el mejor plantel que integré, aquel que salió subcampeón con el Patón Bauza.
-¿Te pegás una vueltita por Rosario de tanto en tanto?
-Sí, estuve hace un par de meses. Lo que pasa es que justo cuando fui el plantel salía de viaje y no pude charlar con ellos. Pero siempre voy a estar ligado a esa ciudad, incluso también existen algunas posibilidades de hacer algo en la parte comercial.
-Te meto en el presente, ¿es cierto que por la manera de jugar que tiene Fénix no parece un equipo uruguayo?
-Sí, la propuesta de Juan Ramón Carrasco es salir a jugar en cualquier cancha. De hecho nosotros jugamos con tres puntas en todos los partidos, sea de local o de visitante. Y eso lógicamente te obliga a dejar espacios para el rival, pero eso a Juan no le interesa. En el campeonato pasado ganamos varios partidos 4 a 3 ó 5 a 4. Es un equipo que toca mucho, si te fijás los goles que hicimos el año pasado fueron todos golazos.
-Por esto que contás te decidiste por Fénix.
-Sí, aunque cuando yo me fui de Central tenía una oferta para jugar en China pero al final no se dio. Esperé unos meses por un problema de salud y más que nada me incliné por Fénix porque este club está muy relacionado con la gente de Paco Casal y Chijane. Hablé con Juan para preguntarle si me dejaba entrenar con el plantel y después como el equipo clasificó a la Libertadores se abrió la puerta para fichar acá.
-¿La idea es retirarte en este club?
-Y sí, creo que si no aparece nada que me cambie de planes, me vine a Uruguay para pasar los últimos años de mi carrera.
-¿Qué te sugiere que Central esté jugando por el descenso?
-La verdad, nada. Ni me imagino que Central se pueda ir al descenso. Si bien no hay que perder de vista la realidad de los números, si nos vamos al descenso te puedo asegurar que en el club no queda nadie.
-Hablás como el hincha más fanático.
-Sí, es que ahora soy eso. Si Central se va al descenso, volamos todos.
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La Ciudad
