Elvio Evangeliste
Durante poco más de una década vistió la casaca de Rosario Central. La aparición del flaco de pelo largo con el cinco en la espalda en cada partido era una especie de figurita repetida para el hincha. Adelqui Mario Cornaglia, el Chiqui, fue uno de los tantos jugadores que se brindó entero por la camiseta. Es que formó parte del sentimiento canalla durante mucho tiempo. Pese a ese pasado tan futbolero, hoy el Chiqui no forma parte del circo del deporte más popular del mundo y más allá de que en 1996 se recibió de técnico nunca volvió a inmiscuirse en ese mundillo tan particular. Integrante del equipo que logró el ascenso en 1985 y posteriormente campeón de la temporada 1986/87, con "el mejor equipo" que le tocó integrar, como le gusta decir, el guerrero del mediocampo se siente feliz por lo hecho en su etapa como jugador. Su retiro del fútbol no fue el mejor, por lo menos el que alguna vez soñó, ya que en 1992, tras un breve paso por Unión, el club de sus amores decidió dejarlo libre. Pese a ello, el Chiqui admite no tener ninguna espina clavada ni guardarle rencor a nadie. Sus palabras sólo son de agradecimiento. "Cuando dejé el fútbol me dediqué a otras cosas, puse una fábrica de juegos infantiles, pero ahora estoy trabajando junto a mi señora", admitió el ex jugador canalla en diálogo con Ovacion. -¿Te desprendiste totalmente del fútbol? -Sí, porque apenas dejé me metí de lleno con el tema de la fábrica y a pesar que me recibí de técnico en el 96 nunca me dediqué a una actividad ligada al fútbol. -¿No lo hiciste porque no se dio la situación o por algún otro motivo? -En realidad tuve ofertas como para seguir ligado al fútbol, pero en ese momento estaba muy compenetrado con el tema de la fábrica y no podía hacer las dos cosas al mismo tiempo, por eso dejé pasar la oportunidad. -¿Extrañás de alguna manera el mundo del fútbol? -Y sí, se extraña, sobre todo porque uno fue parte del fútbol durante mucho tiempo, pero hay que saber acomodar un poquito la cabeza para no desesperarse. Se siente mucho, ya que cuando voy a ver algún partido sufro bastante, lo vivo como si lo estuviera jugando. Hay veces que me pongo a analizar el hecho de haber dejado de jugar muy joven -fue a los 32 años- y por ahí pienso que hice mal. -¿Te retirarte porque te habías cansado o hubo algo en especial? -Dejé porque no podía jugar más en Central. Recuerdo que tenía contrato por dos años (90/92) y en el 92 me tuve que ir. Hasta el día de hoy no sé por qué. Este tema lo charlé con Don Angel (Zof) y él me dijo que era un tema de la dirigencia y los dirigentes me dijeron que era un problema con Zof... Me tuve que ir. Ese mismo año fui a jugar a Unión, donde me trataron de maravillas, y a fines del 92 me dijeron que quedaba libre en Central, por eso tomé la decisión de dejar el fútbol. Lo que pasa es que a mí me gustaba jugar en Central. -¿Sentís que te quedó una espina clavada? -No, no me quedé intranquilo, simplemente me hubiera gustado que alguien me diera alguna razón por la cual me tuve que ir de Central cuando hacía diez años que estaba jugando, y casi siempre de titular. Nunca le encontré el por qué, pero no tengo rencor con Central, al contrario, estoy totalmente agradecido al club por todo lo que me dio. -¿Seguís en contacto con compañeros de aquellos años? -En contacto permanente no, por ahí me encuentro por la calle con alguno de ellos. Casualmente hace poco me encontré en San Pedro con Roberto Settecase y Hugo Galloni. El fútbol te da muchos amigos, pero con el correr del tiempo y por las actividades de cada uno te vas distanciando. Además, cuando dejé el fútbol empecé a viajar mucho. -¿Qué cosas te dejó el fútbol? -Me dejó muchas cosas buenas. Lo más importante es haber podido compartir mucho tiempo con mis compañeros, haber conocido gente, sentir lo que es estar adentro de una cancha y sentir la presión de una hinchada como la de Central, disfrutar de un buen pasar económico. La verdad que le estoy muy agradecido al club. -Recién mencionaste la parte económica y si bien jugaste en otra época, ¿lograste hacer alguna diferencia? -No hice diferencia, sí te puedo decir que vivo tranquilo, tengo que trabajar para mantener lo que logré. Desafortunadamente perdí plata con algunos negocios en los que invertí y me salieron mal, pero no reniego. No soy dueño de ninguna fortuna, vivo tranquilo y llevo una vida normal, como cualquier otra persona que trabaja.
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