Estaba un poco apurado porque lo estaba esperando su padre, quien lo fue a ver al Olímpico de Córdoba, pero no le quedó otra que atender a toda la prensa, tanto rosarina como cordobesa, que lo aguardaba para obtener la palabra de quien fue sin dudas la figura de la cancha: Diego Luque. A los 3' se quedó con un mano a mano de Cuba. A los 30' le tapó un remate bárbaro a Carrizo de afuera del área. A los 44' contuvo un cabezazo de red al propio Carrizo y, del córner, le sacó el suyo nuevamente a Cuba. A los 47' le atragantó el grito a Garay, a los 48' otra vez a Cuba y a los 49' a Roth, en una secuencia rapidísima, y a los 67' desvió al córner un tiro libre de Carrizo. Nada pudo hacer en el gol de Manfredi y la conquista inmediata de Elvio Martínez volvió a realzar su tarea, la que él mismo calificó como "la mejor desde que estoy en Newell's". "Ellos llegaron con centros y también con muchos mano a mano, y por suerte pude tapar todas", refirió sin agrandarse ni mucho menos, y luego concluyó: "Fue mi mejor partido. Por supuesto que uno trabaja para esto y gracias a Dios el equipo acompaña". -¿Cuál fue la atajada decisiva? -En el segundo tiempo tuve dos mano a mano, pero en el primero también me habían llegado bastante. No hubo una en especial. -¿Por qué les llegaron tanto? -Es normal. Nosotros no entramos a meternos atrás sino que la presión de Talleres nos hizo retroceder. Pero vos fijate que no bajamos los brazos. Cuando nos empatan, enseguida fuimos a buscar y conseguimos el gol. -¿En qué fallaron para que vos seas figura? -En el entretiempo dijimos que tomáramos el partido como si estuviéramos 0 a 0 pero no fue posible porque Talleres le metió mucho y tiró muchos centros. Quizás nos faltó definirlo en el primer tiempo cuando tuvimos todo para hacerlo. Eso lo comenté con Nico (Pavlovich) y coincidimos en que la ansiedad lleva a eso. Cuando él se tranquilice va a marcar muchos más goles. -¿Cuándo le empataron pensaste que el partido estaba terminado? -No, habíamos aguantado hasta cuando pudimos y ellos convirtieron de casualidad cuando le pegó en el taco a Manfredi. Pero creo que nos despertamos, los agarramos festejando y le metimos el segundo. -¿Es notoria la evolución en estos últimos partidos desde que volviste al arco? -Estando en el banco al equipo lo notaba no muy concentrado. Cambió mucho la actitud y eso fue decisivo para esta recuperación.
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