Año CXXXIV
 Nº 49.297
Rosario,
domingo  11 de
noviembre de 2001
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Jujuy: la ruta del oro
Antiguos yacimientos mineros integran un atractivo circuito turístico a más de 4.000 metros de altura

Corina Canale

La naturaleza ha sido pródiga con las riquezas que subyacen en las entrañas de las tierras jujeñas y ya en épocas prehispánicas se explotaban las vetas de oro y malaquita, de azufre y dolomita.
La actividad mermó con el tiempo y el silencio llegó a los yacimientos; ahora las viejas minas recuperarán algo de aquel esplendor, convocadas por el turismo.
La mina El Aguilar está en plena puna jujeña, a casi 4.000 metros de altura, y además de ser la más antigua es la única que permanece activa produciendo plata, zinc y plomo. El yacimiento está en la sierra El Aguilar, donde habitan estas aves rapaces que buscan soledad y altura.
La mina está cerca de Abra Pampa, sobre las orillas del río Miraflores, en un paraje tan desértico que los primeros pobladores la llamaron "la Siberia argentina". Un lugar donde los helicópteros tienen que ser especiales para enfrentar la altura. Desde allí se llega a La Rinconada, pequeño pueblo atravesado por dos vetas auríferas, y a la mina de socavón que conserva intacto el túnel que cavaron los españoles; los jujeños afirman que este poblado se levanta sobre cimientos de oro.
Muy cerca está la laguna Pozuelos, rodeada de una altiplanicie de pastos ralos, hábitat permanente de patos y guayatas, teros y flamencos rosados. Un lugar silencioso para adentrarse en el inconmensurable paisaje puneño.
Al atardecer, cuando las aves se sosiegan, la laguna parece cruzada por líneas de colores, atribuibles al plumaje de los pájaros descansando en los remansos de aguas bajas. Rodeada de cerros coloridos, este estuario fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Desde La Rinconada hacia el norte existe un pueblo tan pequeño que apenas tiene 300 habitantes. Su nombre es Cusi-Cusi, que en quechua significa "alegría-alegría". Lo primero que se ve al llegar es un caserío de piedra, cultivos de papa y rebaños de ovejas.
En Cusi-Cusi se pueden pescar truchas en el río Queñoal, bañarse en las aguas termales y visitar Paicone, localidad famosa por sus yacimientos de "piedras campana", extrañas formaciones pétreas que suenan como sonajeros.
Desde Cusi-Cusi hasta La Quiaca hay apenas cuatro horas de viaje a través del cañadón del río Oros, en cuyas paredes rocosas crecen las yaretas, extraña planta puneña de color verde manzana. En ese camino casi siempre se encuentran bandas de suris, los pequeños y graciosos avestruces del altiplano.
El nuevo circuito jujeño de turismo minero también llegará a la mina Eureka, yacimiento de cuarzo situado a 15 kilómetros de Santa Catalina y a 8 de Bolivia.
De Santa Catalina, a la que llamaba el angosto fin del mundo, el poeta Pedro Noro dijo: "siento lo que es distancia/ y no he partido/ siento para sentir/ solamente/ lo no sentido".
La mina 9 de Octubre, en Puesto Viejo, es la más cercana a la ciudad de San Salvador de Jujuy. Está a 20 kilómetros de ciudad Perico, y fue la primera que proveyó de hierro a Altos Hornos Zapla, el establecimiento siderúrgico ahora privatizado.
En el mapa minero de Jujuy hay además de yacimientos de metales muchos de minerales no metalíferos.
Los expertos saben que la marcasita, vocablo que proviene de la palabra árabe "marcaxita", se encuentra en la mina Pan de Azúcar; que la baritina, nombre que deviene del vocablo griego "barys", está en la mina tilcareña Monterrey, y que la calcita, del latín "calx", está en los yacimientos de Maimará.
Cuando el circuito comience a operar, los guías relatarán episodios de grandes epopeyas no demasiado lejanas y las minas recobrarán la actividad que cesó hace apenas dos décadas.
La propuesta es recorrer desde las serranías de Zapla, en el sur, hasta las de El Aguilar, en el norte, los límites naturales que marcan el comienzo y el fin de la Quebrada de Humahuaca, uno de los cinco corredores turísticos más bellos del mundo. (Télam)



Los tranquilos caseríos de la Quebrada de Humauaca.
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