El golpe de gracia: "El valor de lo que se oculta"

Silvio M. Valli

Mi Outsider personal estaba de lo más eufórico. El motivo: la reivindicación de la parte de la anatomía donde la espalda deja de llamarse tal.
-Don Valli, ya tengo la fórmula para que ni novia Rossana Déborah, que trabaja, como usted sabe, de cajera en el super "El Galeote", zafe y pase al frente (y yo también) mostrando, digamos, su fondo. Sí, Don Valli, voy a ponerla como "doble de cuerpo" para que preste su trasero para escenas arriesgadas o difíciles en el cine o la publicidad.
-¿Puede explicarme mejor, Out? estoy confundido...
-Don Valli, usted que ve tanto cine, no le conoce la cara a Anita Hart... pero sí sus asentaderas, posaderas, nalgas, trasero, retaguardia, bunda, cachas o como quiera llamarle. En las películas protagonizadas por Liz Hurley ("Austin Power") la ex de Hugh Grant; Pamela Anderson ("Baywatch"); Mimi Driver ("Hard Rain") las colas que muestran... ¡no son suyas! han sido dobladas por la de Anita. Ah, y también el trasero de Cindy Crawford en el aviso de Pepsi. Anita Hart reivindicó las posaderas donde los humanos reposamos una media de 23 años, que tiene el músculo más largo del cuerpo y cuyo ancho femenino ha crecido cuatro talles en los últimos 50 años; ha dejado la sombra y se dispone a luchar por su propio protagonismo, al punto tal que Anita las ha asegurado en ¡2 millones de dólares! y le pagan fortunas por prestarlas... para ser filmadas, of course.
-¿Usted cree que su novia aceptará?
-No me cabe ninguna duda, Don Valli, piense que en el super sin pagarle ninguna extra además de ser mirada lascivamente ¡se la pellizcan! y tal vez como Anita Hart, su cacha, bunda o asentadera, se convierta en la más famosa, la mas mimada y la más cara.
-Si, Out -asentí como en el famoso cuento de Francisco de Quevedo y Villegas-. Pero esto es tema para otra columna.