Cuatro jóvenes fueron condenados ayer a 14 años de prisión por el asesinato de un indio al que en 1997 quemaron vivo con dos litros de alcohol mientras dormía en una parada de ómnibus de Brasilia, la capital de Brasil. La jueza Sandra de Santis informó que los autores del asesinato del indio de la tribu pataxó Galdino Jesús dos Santos fueron condenados por homicidio doloso, es decir con intención de matar, por un tribunal que los juzgó durante cuatro días.
La sentencia, que respaldó los argumentos de los familiares del indio Galdino, fue aprobada por 5 votos contra 2.
El anuncio del fallo mereció la aprobación de decenas de indios llegados a Brasilia desde diferentes lugares del país para asistir a un juicio que mantuvo en vilo a ese país.
"La actuación de los fiscales fue brillante mientras la defensa usó artificios muy bajos", señaló Anaia Matos de Souza, prima del indio Galdino.
Por el contrario, los familiares de los acusados, todos ellos perteneciente a la élite judicial y administrativa de Brasilia, estallaron en llantos y crisis de nervios.
La sentencia condenó a 14 años de prisión a los jóvenes Max Rogerio Alves, Tomás Oliveira de Alemeida, Eron Chaves de Oliveira y Antonio Novely Cardoso.
Los jóvenes ya pasaron cuatro años y siete meses en prisión y, como no tienen antecedentes penales, podrán salir en libertad condicionales luego del cumplimiento de dos tercios de la pena, es decir a fines del 2004.
De todos modos, sus abogados anunciaron que apelarán la sentencia ante el Tribunal de Justicia del Distrito Federal.
Los abogados de los jóvenes sostienen que sólo se había tratado de "una broma fatal" y que sus defendidos debían ser condenados por lesiones corporales seguidas de muerte.
De acuerdo al código penal brasileño, este delito implica un pena máxima de 12 años.
Pero, la mayoría de los miembros del tribunal, así como buena parte de la opinión pública brasileña, fue conmovida por los testimonios y pruebas que describieron en detalle cómo sucedió el asesinato del indio.
Galdino, junto a miles de indios de todo el país, había viajado a Brasilia el 21 de abril de 1997 para participar de un festejo promovido por el organismo del gobierno que se ocupa de la situación de los indígenas.
Luego de los festejos, volvió a la pensión, pero descubrió que no podía entrar porque el local cerraba sus puertas a las 22.
Galdino decidió dormir en una parada de ómnibus cercana. Cuando despertó, su cuerpo estaba en llamas. De inmediato, el indígena fue trasladado a un hospital, donde falleció.
De acuerdo a los testimonios, los cuatro jóvenes compraron dos litros de alcohol en un puesto de venta de combustibles, rociaron el cuerpo del indio, le prendieron fuego y se alejaron en el automóvil del padre de uno de ellos, un juez federal. (Ansa)
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