Año CXXXIV
 Nº 49.297
Rosario,
domingo  11 de
noviembre de 2001
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Investigación por el asesinato de un joven en Empalme Graneros
Un comisario a juicio por inventar pruebas para encubrir un crimen
Se trata de Miguel Angel Bustamante que en noviembre de 1997 dirigía la seccional 20ª

María Laura Cicerchia

El jefe de una comisaría de la Unidad Regional II fue procesado por adulterar pruebas en la investigación de un crimen para favorecer al autor del asesinato, un policía que cuatro años atrás baleó a quemarropa a un joven que se encontraba desarmado. El oficial, Miguel Ariel Bustamante, será juzgado por presionar a una testigo para que cambie su declaración, plantar un arma, sembrar de pruebas falsas la investigación y modificar el acta de procedimientos para presentar el caso como un intento de robo a mano armada seguido de un tiroteo.
El asesinato ocurrió el 8 de noviembre de 1997 en Empalme Graneros. Ese día, José Luis Camos, de 22 años, fue asesinado por el cabo primero Ramón Orlando Sosa, que prestaba servicio en la comisaría 14ª y se encontraba franco de servicio. El joven cayó muerto frente a la casa del agente, de Fraga al 900 bis, luego de una discusión en la que el muchacho arrojó una piedra a la cabeza del policía y éste respondió a balazos. El cabo gatilló tres veces su pistola 9 milímetros y dos proyectiles impactaron en el cuerpo de Camos, frente a la madre del joven y otros vecinos que presenciaron el episodio.

Historia falsa
Pero los policías de la comisaría 20ª armaron una historia falsa para desincriminar al agente. Dijeron que el muchacho había intentado asaltarlo e inventaron pruebas para avalar esa versión. Un revólver calibre 32 fue plantado en el lugar del crimen para acreditar que Camos estaba armado. También apareció una tijera con la que, según la versión policial, el joven había violentado el auto del cabo. Y una testigo fue forzada a declarar que había visto al muchacho portando un arma.
Esta mujer es una vecina que atendía un local de videojuegos en la misma cuadra. Esa tarde, Camos había sustraído un radiograbador del negocio. La mujer sabía que el joven era adicto a las drogas y solía robarles cosas a los vecinos para luego devolvérselas, pero decidió denunciarlo ante la policía por consejo de la madre de Camos: "Prefiero que esté preso antes de que le hagan algo por ahí", le dijo la mujer a la comerciante cuando ésta fue a reclamar lo robado.
Luego del asesinato de Camos, ocurrido horas después de ese robo, la comerciante fue citada desde la seccional para reconocer un revólver. "Fíjese bien si es el arma que usó el ladrón. Camos ya está muerto y ahora hay que salvar a mi compañero", le dijo el comisario Bustamante al recibirla, según consta en la resolución. Luego la condujo ante el juez de Instrucción Carlos Carbone, que había concurrido a la seccional para dirigir la investigación del crimen.
La testigo se sintió intimidada por el oficial y sólo atinó a decir que sí, que ese era el revólver que había usado el ladrón. Pero mentía: Camos no había usado arma alguna durante el robo a su comercio. Al día siguiente fue a Tribunales y contó la verdad. "Camos me robó, pero en ningún momento con un arma de fuego", reveló la mujer, que afirmó haber sentido "miedo" de los policías.
Luego la investigación judicial probó que Camos no estaba armado al momento de ser asesinado y que el arma fue colocada por personal de la comisaría 20ª, entonces a cargo de Bustamante. "La gravedad del hecho radica en que se empezó por engañar al tribunal antes de que intervenga", consideró Carbone al procesar a Bustamante por la alteración de pruebas.
El oficial también está acusado de falsificación de documento público "a los fines de mejorar la situación procesal de Sosa", quien ya fue condenado a tres años de prisión por homicidio con exceso en la legítima defensa. El procesamiento de Bustamante, quien actualmente es jefe de la comisaría 28ª, de Acebal, fue apelado por sus defensores.



El dolor de la familia de José Luis Camos en el sepelio.
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