Año CXXXIV
 Nº 49.205
Rosario,
sábado  11 de
agosto de 2001
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Una aceitera se benefició con un contrato ruinoso
Un integrante del Enapro usa el puerto pagando un precio vil
Se trata de Juan Carlos Vilanova, que representa a las cámaras portuarias y a Aceitera General Deheza

Lucas Ameriso

El representante de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas en el Ente Aministrador Puerto Rosario (Enapro), Juan Carlos Vilanova, goza de un privilegio escandaloso. El director del ente y a su vez representante de Aceitera General Deheza (AGD) utiliza los depósitos de aceite del puerto local, merced a un contrato ruinoso firmado en junio del año pasado por el entonces titular del Enapro, Carlos Bermúdez. La firma paga, junto con otra compañía, sólo 12.560 pesos mensuales por el uso de las plantas de almacenaje, cuando estimaciones oficiales aseguran que un canon mensual "razonable" debería oscilar entre los 45 mil y 70 mil pesos. Es decir, entre 3,5 y 5,5 veces más que lo que pagan.
La Capital accedió en exclusivo a una copia del contrato VIP que Vilanova obtuvo en favor de AGD, para el negocio de los aceites vegetales en las terminales I y II de Rosario. La duración del contrato se fijó entre el 1º de julio de 2000 y el 31 de diciembre de este año.

¿Juez y parte?
En el convenio figuran Carlos Bermúdez, en su carácter de presidente del Enapro, Raúl Alfredo Padilla como apoderado de Bunge Ceval SA y Juan Carlos Vilanova como apoderado especial de Aceitera General Deheza.
Unos días después de la firma de este convenio, Vilanova asumía en el Enapro como el representante de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas.
Veamos en detalle el convenio. A ambas permisionarias se les otorgó en el acta -suscripta el 30 de junio del año pasado- el uso de 24.282,59 metros cuadrados de superficie, en donde se hallan emplazados 26 tanques 77 mil metros cúbicos en total, oficinas, galpón para mantenimiento, salas de bombas, bateas para descarga de camiones y balanza para pesaje de camiones. Además se incluye la utilización de dispositivos de embarque para la mercadería.
En la cláusula quinta del permiso de uso se fijan los importes en concepto de canon mensual al Enapro, y es ahí donde se comprueba el precio vil que ambas aceiteras le pagan al ente por el uso del puerto.
"Las permisionarias le abonarán 12.560 pesos de canon por adelantado", dice el contrato. Esto quiere decir que cada compañía debe pagar tan sólo 6.280 pesos por mes por el usufructo de las instalaciones portuarias.
La actual gestión del ente hizo un análisis de los depósitos de aceite emplazados en el puerto. La tarifa, en la que se incluyen ambos depósitos y la plazoleta, debería ser, según ese estudio, de 44.324,06 pesos, pero incluso una alta fuente calificada de organismo aseguró que este canon mensual podría elevarse hasta los 70 mil pesos, según las utilidades que el privado pretenda.
Además, en el punto 11º del documento, el Enapro quedó facultado para facturarle a los permisionarios por el servicio a las cargas, fijándose para los aceites vegetales el pago de 26 centavos por tonelada. Según indicaron voceros del ente, también esta tarifa resulta sensiblemente inferior a lo razonable \Otra posible irregularidad la establece la suma fijada por el Enapro para imponer el pago anticipado de un seguro de riesgos por daños materiales a las instalaciones: quedó en sólo 1,5 millón de pesos para ambas aceiteras.
El contrato cierra con una perlita. En la cláusula 17º se le ofrece a las permisionarias el sector sur del muelle nuevo, donde se encuentran las salidas de cañería de bombeo de aceites y que posibilitan el atraque de embarcaciones transportadoras de estas cargas.



Los depósitos se alquilan a precios altísimos.
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