Año CXXXIV
 Nº 49.150
Rosario,
domingo  17 de
junio de 2001
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Se va la Unesco

Hace pocos días, la UNESCO anunció el cierre de su oficina argentina, que había abierto en 1996 y en la que trabajaban cinco personas. La noticia puso una vez más sobre el tapete el destino de Villa Ocampo, la casona de San Isidro que perteneciera a Victoria Ocampo y que ésta donara al organismo internacional en 1973, temerosa del peronismo que llegaba entonces al gobierno. Villa Ocampo ha permanecido abandonada en los últimos años, y la biblioteca de la editora de Sur corre peligro de perderse ante el paso del tiempo y la humedad.
"Hacia 1990 y siendo representante argentino ante la Unesco, yo evité la venta de Villa Ocampo -dice hoy Asís-, aunque desde muchos puntos de vista me demostraron que lo único que podía hacerse con la propiedad era venderla. Pero por instrucción de Cancillería -y recibí una felicitación por esto- me ocupé del tema y evité la venta, que además yo no podía admitir que sucediera en mi gestión".
El caso de Villa Ocampo es especial, ya que no hay otro inmueble al cuidado de ese organismo. "La realidad es que la Unesco terminó siendo víctima de esa donación -afirma Asís-. Lo más razonable sería que ese tema lo maneje la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Isidro, o el gobierno de la provincia de Buenos Aires. La Dirección de Cultura de San Isidro es el lugar ideal, siempre que tenga el apoyo de una fundación seria que invierta fondos en la propiedad. Me parece la forma más práctica; tener una conducción a 18 mil kilómetros de distancia es un disparate".
En cuanto a la sede de la Unesco en Buenos Aires "fui yo el que trajinó la apertura", asegura. "Mi intención era que el hombre que estuviera acá fuera un poco el embajador de la Unesco en la Argentina; obviamente, no quería que se limitara a ser un hombre más de la Nada". Para la instalación, recuerda, "el entonces ministro de Educación Jorge Rodríguez gestionó la cesión de un local y oficinas. La Unesco tenía que poner muy poco: apenas trabajo y capacidad de gestión. Ahora se la cierra por una visión contable que domina al organismo, pero esto se podría evitar muy fácilmente si hubiera una decisión política, haciendo lobby acá o en París".
El ex embajador calla un momento, pero la chicana lo tienta demasiado: "es una lástima. Yo siempre digo que a los radicales les regalás tres tortugas y se les escapan".


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