Año CXXXIV
 Nº 49.149
Rosario,
sábado  16 de
junio de 2001
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Ciclo 2001/2002
Cómo entrar a la campaña en Fórmula Uno
Los productores de punta desnudan sus planteos. La receta: manejo innovación, eficiencia, rotación y biotecnología. El embolsado es la vedete

Sandra Cicaré

La alta rentabilidad es una historia del pasado para el campo en la Argentina. Con la caída de los precios internacionales de los granos se instaló un nuevo escenario que, a criterio de los especialistas, imprimirá el sello a la producción del nuevo milenio. Márgenes de ganancia acotados, altos niveles de eficiencia, adopción de nuevas tecnologías, reducción de costos de logística y cobertura de precios están marcando las nuevas pautas de una actividad que día a día se sumerge más en la lógica empresarial y, sencillamente, requiere de ellas para lograr sobrevivir.
Tras una campaña agrícola récord en el período 2000/2001 —pese a las adversidades climáticas que golpearon la última etapa de la cosecha gruesa— los productores argentinos iniciaron el nuevo ciclo con el objetivo de optimizar al máximo los recursos disponibles. Con pocas esperanzas de lograr sacar una tajada por el lado de los precios, decidieron jugarse todas las fichas a eficientizar el manejo en todos los niveles de la cadena (producción, almacenaje, logística y comercialización) para terminar el año con balance positivo.
Un grupo de cinco productores de punta y asesores de campo consultados por La Capital coincidieron en señalar a la siembra directa, la biotecnología, la rotación de cultivos y el embolsado de granos en el campo, como los cuatro pilares básicos para ganar competitividad en las explotaciones agropecuarias.
Marcos Rodrigué (vicepresidente de Aacrea y administrador de 30 mil hectáreas en Chaco, Santiago del Estero y Córdoba); Víctor Trucco (presidente de Aapresid y productor agropecuario); Roberto Peiretti (asesor de campos y dirigente de Aapresid), Jorge Comba (a cargo de la dirección técnica y económica y asesoramiento en campos que suman 11 mil hectáreas en los departamentos Castellanos, San Javier, San Cristóbal y San Justo) y Angel Girardi (presidente de Aprocaboa y productor agrícolo-ganadero) realizaron un balance del último ciclo agrícola y explicaron sus estrategias de cara a la campaña 2001/02.
Más allá de la diversidad de áreas agrícolas, de las características de los suelos y los lotes y de la coyuntura de cada empresa en particular, los productores reconocieron en forma unánime que la modernización es ineludible para la actividad agropecuaria y que, ante la crisis financiera que atraviesa el sector, es necesario optimizar al máximo los recursos y las inversiones.
“El mejor productor no es quien invierte menos, sino más, con buena tasa de retorno”, explicó Peiretti. Para el especialista, quien recorre el mundo profetizando las bondades del sistema de siembra de directa como un recurso para conservar el suelo, “bajar los costos unitarios aplicando tecnología y más productividad, es fundamental para la supervivencia de muchas empresas actuales”.
Para Trucco, “el campo hoy se ha transformado y este proceso va a ser más rápido aún”, con lo cual “la incorporación de conocimiento y nuevas técnicas deberá ser cada vez mayor”.
“Antes el dueño del campo lo era también de la sembradora, de la cosechadora y de todo. Dentro de ese esquema muchas funciones se concentraban en una sola persona o empresa. Ahora, en una situación difícil los números no cierran con ese esquema”, agregó el titular de Aapresid.
En cambio, “sí cierran en otro esquema donde la escala crece porque hay empresas segmentadas donde algunos dirigen y administran, otros ejecutan servicios de siembra, otros de fertilización, etcétera”.
A criterio de Trucco, “esta es una solución importante para los productores, máxime en esta coyuntura financiera donde el crédito está restringido y mucha gente tiene deudas importantes”.
La crisis de la aftosa incorporó un ingrediente más a las dificultades que atraviesa desde hace unos años el campo argentino.
Frente a ese escenario, muchos productores que se dedican a la ganadería optaron por diversificar la actividad para sopesar las pérdidas.

La aftosa dejó huella
“Hasta hace algunos meses apostábamos a vender vaquillonas, alquilar el campo, invernar más y recriarlas afuera”, explicó Jorge Comba. Sin embargo, “con el tema de la aftosa nos agarró una incertidumbre muy grande y frenó todos los proyectos”.
Ante esto “volvimos a hacer de todo un poco, fuimos para atrás, decidimos seguir alquilando campos afuera para cría, hacemos en nuestros campos invernada y en agricultura abrimos el abanico a varias posibilidades como el cultivo de maíz colorado (especiality), sojas del grupo cuatro y soja y sorgo”, explicó el administrador de campos del norte y oeste santafesino.
Girardi, un tradicional productor ganadero, apostó a la explotación mixta como una alternativa de crecimiento. "Este año en ganadería cosechamos el trabajo y el esfuerzo de mucho tiempo y obtuvimos un 92% de preñez", explicó el productor y aclaró que "se adelantó el servicio a las vaquillonas de dos años a 15 ó 16 meses, de lo que se obtiene un ternero pequeño".
Para Girardi, "para ser eficiente hay que esforzarse y poner en práctica metodologías de bajo costo de proceso y no de insumo".
En este camino, comentó que están llevando adelante un proceso de "rejuvenecimiento de pasturas" -que tuvo un precedente muy importante la estancia La Floresta (Santa Fe)- lo que permite "convertir campos de cría en campos con potencial para invernada".

Palo y a la bolsa
La técnica de embolsado en campo cobró una adhesión vertiginosa en la última campaña y en función de los buenos resultados será una de las vedettes del próximo ciclo.
La metodología le permite al productor adecuar a sus necesidades el manejo de las mercaderías y, además, ganar ventajas en materia de precios al poder vender en el momento justo. También le permite reducir los costos de flete y almacenaje.
"Para nosotros el costo fue muy bajo, alrededor de tres dólares la tonelada, cuando en plena campaña el valor del flete desde Charata (Chaco) hasta Rosario era de 28 dólares", explicó Rodrigué.
Por otra parte, "se convierte en una alternativa ante la escasez de camiones en plena época de cosecha", dijo el dirigente de Aacrea y administrador de campos. A tal punto es innovador el sistema que "hoy muchos acopios en lugar de agregarle nuevas celdas o silos a sus instalaciones almacenan en bolsas", agregó.
Como ocurre desde hace años, la soja sigue siendo el cultivo de mayor adhesión entre los productores argentinos, no sólo por su bajo costo de producción sino por la fidelidad en los rindes y la facilidad en el manejo y la tecnología de insumos disponibles para ese cultivo.
En este sentido, y a la hora de eficientizar la logística comercial, los productores de la zona Rosafé se inclinan cada vez más por las variedades de ciclo corto, sojas del grupo IV y V que "permiten descomprimir la cosecha y manejarla con más tranquilidad y a menor costo", explicó Peiretti.
"Las sojas del grupo III, IV y V son de madurez temprana y en distintas fechas. De ese modo, se logra diluir la fecha de siembra, no concentrarla en diez días sino en un mes y medio y eso permite una mejor utilización de los recursos", precisó.
Para Trucco, "el fenómeno de la soja tiene que ver con tres puntos básicos: primero, la siembra directa; segundo, las variedades de grupo corto; y tercero, las sojas resistentes glifosato, que bajaron los costos de malezas e hicieron cultivos viables en lugares donde las malezas eran difíciles de controlar".

A gusto de cada paladar
La genética también está presente. En maíz, a la probada garantía de los maíces BT que aparecieron en campañas anteriores, ahora se suman calidades diferenciadas como los maíces colorados y con alto contenido oleico.
"De toda nuestra producción, casi el 95% es BT", precisó Rodrigué, y agregó: "No sólo se trata de maices mucho más sanos sino con una gran diferencia de rendimiento, aunque la semilla es más cara, el diferencial es muy alto aún con poca agua", dijo.
En cuanto al mercado de los especialities "será una ventaja que sólo van a tener un grupo de productores, pero no se trata de una modalidad masiva", aclaró.
El trigo no se quedó atrás. Pese a que ya aparecieron en la campaña anterior, este año las variedades de trigos franceses se posicionaron con más fuerza en el mercado.
Pero como toda nueva herramienta, los productores consultados prefirieron manejarse con cautela y reconocieron que adoptaron la novedad en forma progresiva, sólo en un porcentaje del total del trigo implantado, para evaluar sus resultados. Uno de ellos , Rodrigué, descartó su uso porque no obtuvo una diferencia de rendimiento notable en la experiencia del ciclo pasado.
El ciclo agrícola ya está en marcha y todos hicieron sus números. Quien más, quien menos, apuesta por una empresa agropecuaria moderna, rentable aunque con márgenes más modestos. A la falta de financiamiento, le contraponen optimización de recursos.
"Creo que ésta será la nueva realidad para el campo", pronosticó Peiretti y ante esto, sugirió: "Tranqueras afuera los productores deberán mantenerse informados y trabajar con los futuros y, tranqueras adentro, trabajar conscientemente en el tamaño de la estructura. Si se decide mantenerla y crecer en superficie hay que bajar los costos fijos o, de lo contrario, achicar la estructura para diluir los costos y para eso, es necesario cambiar el enfoque y usar tecnología a fondo, hasta que lo que la racionalidad económica nos permita".



Las sojas de ciclo corto se imponen en la campaña.
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