Año 49.074
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  01 de
abril de 2001
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Torneo Regional del Litoral
Gimnasia fue más efectivo y pudo festejar en Ibarlucea

Aníbal Fucaraccio

Sin brillo. A este Gimnasia no le sobró mucho. Sin embargo la justicia avala con certeza el triunfo de los mens sana que superaron al siempre complicado Logaritmo en Ibarlucea por 34 a 23, por la segunda fecha del Torneo Regional del Litoral.
Lejos estuvo la presentación auriazul de parecerse a aquella arriesgada intención de juego desplegado, con muchos pases y de desborde permanente. Tampoco apareció la claridad conceptual para destrabar un encuentro que se planteó cerrado, mezquino, con una abrumadora confusión de ideas.
Pero a Gimnasia le alcanzó con poco. Tuvo al oportunismo como virtud aliada, aprovechó mejor los errores que presentó su rival y se basó en la mayor experiencia de sus hombres para manejar los tiempos del encuentro, sobre todo en el final.
Loga sufrió el mal de sus propias limitaciones. Exhibió una destacable actitud, durante varios pasajes del cotejo estuvo arriba en el marcador pero se mostró como un equipo repetitivo, sin variantes y que apostaba -casi con devoción por ser su única alternativa-, al envío del line con Sebastián Azagra como receptor y el posterior maul como arma para llegar al try. Gimnasia tomó nota y se preparó para contener de cualquier manera los avances desde esa formación.
Además el line que le permitía lastimar en ofensiva, no funcionaba con la misma calidad en otras posiciones. El conjunto bordó desperdició siete envíos propios y eso le impidió tener mejores chances.
El quiebre del partido, que se presentaba bastante parejo, sucedió en el último minuto del parcial inicial cuando el marcador resaltaba un expresivo 16 a 16. Allí Guillermo Blanco se la jugó por las suyas, viboreó detrás de un ruck, colocó un sombrero sobre la defensa de Loga, la fue a buscar y le ganó a su marca. Esos siete puntos fueron los que determinaron la suerte del encuentro.
En el complemento Loga chocó contra su impericia y Gimnasia supo hacer pasar el tiempo. Con ese volumen de juego que aparece caprichosamente de a ratos y con el reloj como su más fiel consejero le alcanzó a los auriazules para llevarse un triunfo difícil en un partido muy caliente, emotivo, pero de muy bajo vuelo.


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