Año CXXXIV
 Nº 49.046
Rosario,
sábado  03 de
marzo de 2001
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Un defensor de la directa

"La genética, la siembra directa, significaron un cambio impresionante. Para los que trabajamos años y años en agricultura es algo que nos resulta realmente increíble", cuenta Carlos Reutemann, quien se confiesa deslumbrado por los avances biotecnológicos en el ámbito rural.
Lole fue un precursor en el tema, de los que se animaron a incursionar con transgénicos y labranza directa cuando la "movida" apenas había desembarcado en estas tierras, a pesar de que se autocalifica como "de la vieja agricultura".
"Cuando lo vimos la primera vez, no lo podíamos creer. Ahora se hizo normal, pero si a usted le decían en el 75 que uno iba a sembrar soja en medio de los yuyos, que iba a pasar un líquido, y menos la planta todo lo demás se seca, qué lo iba uno a creer. !Imposible!", relata Reutemann mientras abre los ojos y se agarra la cabeza.
Respecto a la discusión que se da actualmente, especialmente en Europa en torno a la inocuidad de los transgénicos, Lole se muestra cauto: "Primero que nada tenemos que estar muy seguros que no es dañino para la salud, porque si lo es, hay que replantearse todo. Tampoco hay que olvidarse que los europeos, los japoneses no la vieron, la vio Estados Unidos y esa es toda una pelea".
Hecha la aclaración, el gobernador de Santa Fe enfatiza que desde el punto de vista técnico y comercial los organismos genéticamente modificados son "una cosa fenomenal".
Lole señala que lo que más le llama la atención es "lo transgénico agregado al BT" y a renglón seguido manifiesta que el algodón "directo RR BT" es simplemente "insólito", porque -aclara- "ahí siempre se libró una batalla campal contra los yuyos y los bichos".
En su campo, Reutemann aplica en la práctica lo que oportunamente "aprendió" de Aapresid: "Hay que levantarle un monumento a Víctor Trucco", dice sin más vueltas para demostrar su reconocimiento a la organización de siembra directa. Al mismo tiempo, recuerda algo que le dijo Trucco en una oportunidad, y que puso a prueba en su campo con excelentes resultados: "Darle cobertura al suelo es como ponerle un techo a la tierra, me dijo, y es así."
Dedicado exclusivamente a la agricultura, en sus 600 hectáreas de Llambi Campbell, Reutemann aplica la rotación con un criterio, que, confiesa, tiene mucho que ver "con el olfato personal" y las experiencias que con su gente fueron haciendo "en el campo de acción".
"Hacemos maíz, trigo, soja, salimos a rastrillar afuera, hacemos rotación y cobertura", enumera.
Para Reutemann, los avances en el área de la agricultura tienen un valor agregado desde el punto de vista de los logros para la provincia ya que la modalidad de siembra le permitió a los productores santafesinos "meterse en zonas impensables, dándole una elasticidad bárbara". Esto, agrega, mejoró "sin dudas" los rendimientos, y permitió sostener la posición de privilegio de Santa Fe en cuanto a la producción nacional.

La otra cara
Del otro lado, relata las dificultades que viven los agricultores con una gran preocupación y se apura en "separar" su situación personal como productor de la del resto, "porque yo pude sostenerme sin pedir plata al sector financiero".
"En el departamento Constitución hay productores que me dicen que les cuesta mucho meterse en el ciclo de directa. Es gente que viene con convencional y hasta lograr una buena capa de siembra son tres o cuatro año mínimo. Yo les digo que es una inversión para los hijos suyos porque el capital que les deja es la tierra, pero me contestan que aguantar cinco años es mucho, y tienen razón", reflexiona.
Lole se pone más serio aún cuando habla de la "mala" rentabilidad del productor argentino: "Todo es mucho sacrificio, las dificultades, para el que produce chanchos, naranjas, miel, todo", señala. Como ejemplo de la vida dura del productor comenta: "Esa sandía que usted compra en el supermercado tiene un montón de cosas atrás. Desde el momento de la esperanza en que uno lo sembró, trabajó, luchó, el flete, hasta que la tienen en la mano y la entrega en el supermercado y se la pagan centavos... Más de uno debe pensar, para qué miércoles la sembré".
Poco propenso a recibir consejos y mucho menos a darlos, el gobernador se niega a brindar "recomendaciones" para manejar un campo: "Yo no soy un empresario exitoso (risas), yo no más crecí ahí", concluye.



Reutemann tiene una casa campestre en Llambi Campbell.
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