Anochece y en la inmensidad del campo se siente el fresco. La cosechadora va y viene surcando la tierra. Un par de peones se retiran al pueblo, donde viven. Sólo queda el que maneja "la John Deere". "Carlos Alberto es un tipo bárbaro", dice, tímidamente, cuando se le pregunta por Carlos Reutemann patrón. Es joven y conoce bien al gobernador porque está allí desde chico, por "herencia" familiar. Sin embargo, parece no conocer, o más bien no importarle, que ese hombre para el que trabaja es un reconocido ex piloto de Fórmula 1 y uno de los presidenciables argentinos. Sin soltar el manubrio de la enorme máquina, con los ojos puestos en el horizonte, asegura: "Y, es así como lo ve. Como uno más", y en sus simplicidad no hay lugar para secretos.
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