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viernes,
14 de
septiembre de
2007 |
Efemérides
Un 14 de septiembre
1927: Mientras se desplazaba velozmente con su Bugatti, muere la extraordinaria bailarina estadounidense Isadora Duncan al enredarse en los rayos de una de las ruedas traseras del vehículo su largo chal rojo, el mismo que poco tiempo antes había agitado al retornar de una gira por Moscú. Hija de un matrimonio mal avenido y finalmente divorciado, “la ninfa”, como se le conocería más tarde, había nacido el 27 de mayo de 1878 en San Francisco, California, y expresaba abiertamente su postura ante la vida: atea, practicaba el amor libre y opinaba positivamente acerca de la Revolución Rusa. Considerada una revolucionaria de la danza moderna, rompió con los estrictos esquemas del ballet clásico. En base a la danza de la Antigua Grecia, fue creadora de su propio estilo y cautivó al público con su arte.
G. Z.
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