Colombia descabeza carteles, pero no vence al narcotráfico

Mientras los máximos capos de la droga son arrestados, la producción de cocaína crece

Javier Mozzo Peña / Reuters

Bogotá.— El arresto del jefe del mayor cartel del narcotráfico de Colombia demuestra que el país está desmantelando esas redes y sus temidos ejércitos privados, pero no implica golpes definitivos para derrotar el comercio ilegal de drogas, según dijeron analistas. La captura el lunes pasado de Diego Montoya, alias “Don Diego”, haría surgir a pequeños capos, como ocurrió tras la muerte y arresto de los “peces gordos”: Pablo Escobar y los hermanos Rodríguez Orejuela.

Montoya, jefe del Cartel del Norte del Valle, es el más reciente golpe en una lista que integran Tomás Medina Caracas, alias “El Negro Acacio”, dado de baja por el ejército la semana pasada, acusado de dirigir las operaciones de narcotráfico de las Farc; y la captura en Brasil de Juan Carlos Ramírez, alias “Chupeta”.

Pero con más de 20 años descabezando carteles, apoyado por millones de dólares en asistencia de EEUU, Colombia produce y exporta mucha más cocaína que hace una década, en la mitad de la zona sembrada de hoja de coca, y con un mejor precio de venta en las calles de las grandes ciudades, como Nueva York.

Lecciones de la historia. “Lo que la historia nos demuestra es que el fin de los carteles no es el fin del narcotráfico. Ya lo hemos visto con el Cartel de Medellín y con el Cartel de Cali”, dijo el experto en seguridad Alfredo Rangel. “La captura de Montoya va a tener un impacto muy importante en la reestructuración del narcotráfico en el país, pero no en su desaparición”, agregó.

Según Rangel, la muerte de “El Negro Acacio” dificultaría sólo de manera momentánea la captación de ingresos por el narcotráfico para la guerrilla de las Farc, levantadas en armas desde hace más de cuatro décadas.

Pese a la multimillonaria guerra antinarcóticos, Colombia es considerado el primer productor mundial de cocaína con 610 toneladas métricas anuales, según Naciones Unidas. En 2006 las Fuerzas Armadas confiscaron 139,4 toneladas de cocaína y en los primeros siete meses de 2007, 72,3 toneladas. Esto se concretó con la ayuda de Washington, que entregó a Bogotá más de 4.000 millones de dólares en asistencia militar y entrenamiento desde 2000 para combatir el narcotráfico.

Catalogado como el más importante capo de las drogas después de los Rodríguez Orejuela, Montoya era responsable de abastecer gran parte de la cocaína que se consume en EEUU y Europa, y de ser socio clave del Cartel de Tijuana en México, explicó Rangel.

Ningún revés. “Estos empresarios del crimen terminan siempre abatidos, extraditados o presos, y ha sido así con Pablo Escobar y los Rodríguez Orejuela”, dijo el senador Armando Benedetti. “Claro que con esto no se acaba el narcotráfico, ni siquiera le quita una esquirla y no sufre ningún revés”, enfatizó.

Las fuentes agregaron que en la lista para suceder a “Don Diego” se encuentran cuatro cabecillas de su ejército privado y otros pequeños socios, que seguramente retomarán las rutas y el negocio que deja el capo, cuya extradición a EEUU se producirá en los próximos dos meses.

Pero el analista Juan Gabriel Uribe dijo que a los capos emergentes les está costando cada día más tener éxito en su negocio en Colombia, dado que son abatidos o capturados en sus 30 ó 40 años. Uribe señaló que, a diferencia de otros países con dificultades similares de tráfico de narcóticos como Rusia y Japón, en Colombia el problema impacta en la seguridad nacional, por los ejércitos privados que conforman y su poder corruptor.

Esta semana cayó Diego Montoya, jefe del mayor cartel del país.