Año CXXXVII Nº 49586
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
Salud
Opinión
El Mundo
Escenario
Policiales
Educación
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Página Solidaria


suplementos
ediciones anteriores
Ovación 02/09
Turismo 02/09
Mujer 02/09
Economía 02/09
Escenario 02/09
Señales 02/09
Educación 01/09
Estilo 01/09

contacto

servicios
Institucional



 miércoles, 05 de septiembre de 2007  
Crónicas regionales
Valle María, un paraíso entrerriano
Los inmigrantes alemanes del Volga dieron origen a un pueblo que hoy es un centro productivo

Lizi Domínguez / La Capital

Aldea Valle María.— El bello paisaje entrerriano de lomadas con toda la gama de verde que la ruta provincial 11 ofrece en su trayecto, se complementa con esta coqueta y pequeña localidad que se caracteriza por sus calles adornadas con palmeras, canteros floridos e iluminadas con hileras de farolas.

Los primeros pobladores que llegaron a estos pagos a fines del siglo XIX eran inmigrantes alemanes del Volga, que adoptaron para el asentamiento el nombre de su aldea natal en Rusia: Marienthal, que en castellano se traduce como Valle María.

En un principio los fundadores —de apellidos como Gassman, Schunk, Gerstner, Asselborn, Bernhardt, Wassinger, Wittmann y Kranewitter, entre otros— se dedicaron a la agricultura, avicultura y luego la cunicultura, que por mucho tiempo fue la principal actividad que dio lugar a la Fiesta Nacional de la Cunicultura entre 1984 y 1996.

Actualmente se erige como un pequeño centro industrial donde se explotan rubros como el textil, calzado, alimentos, fabricación de polietileno, bolsos, muebles, aberturas de aluminio y artesanías, entre otros.

La proliferación de emprendimientos y el espíritu progresista se plasmó en la exitosa Fiesta de la Producción, que se celebra desde 2004 con no menos de 15 mil visitantes. Este año, el encuentro se llevará a cabo del 5 al 7 de octubre con la participación de todas las firmas y entidades locales y de la zona relacionadas con la venta de maquinarias e insumos para el agro.

Progreso. El crecimiento demográfico de los últimos tiempos le valió a la aldea en 1987 el ascenso a la categoría de municipio, acontecimiento que se celebra en agosto con bombos y platillos, porque significó el camino hacia el progreso en todo sentido.

“Hasta entonces no teníamos servicios, presencia del Estado ni oficinas públicas. Hoy contamos con una población joven, llena de esperanzas en el futuro”, comentó el intendente Luciano Asselborn.

“Por suerte son contados los chicos que una vez que terminan la secundaria deciden irse para estudiar. Esto tiene que ver con que se aprovechan muy bien las ofertas educativas del aula virtual”, acotó una docente, en relación a los bachilleratos acelerados y carreras terciarias de la Universidad Nacional de Rosario y el Instituto Superior de Informática de Virasoro (Corrientes), que se dictan en el municipio.

Otro factor que aporta al incremento poblacional es el regreso al terruño de varios matrimonios que prefieren criar aquí a sus hijos aprovechando la tranquilidad del lugar.

Avance. A simple vista, quienes hayan transitado la ruta 11 habrán sido testigo del avance de la población, que se extiende a ambos lados del camino reflejado en la dimensión y terminación de la mayoría de las casas y chalets y en la permanente construcción de nuevas edificaciones. Además, casi todas las calles están asfaltadas y toda la planta urbana cuenta con gas natural.

Desocupación cero. Valle María no registra índices de desocupación. “Aquí la gente es tranquila, pero muy emprendedora y trabajadora. El municipio no tiene ningún plan Jefes y Jefas de Hogar, sino que asiste con sus propios recursos a quienes puedan necesitar comida, remedios, atención médica y fomenta —también con fondos genuinos— los microemprendimientos”, señaló Alicia Ortmann, titular de Rentas de la comuna.

Un capítulo aparte merece el coro infantil que cuenta con 30 armoniosas voces y que desde su creación, en 1989, participa en todos las celebraciones tradicionales del pueblo, como la de cada 8 de diciembre en honor a su patrona espiritual, la Virgen de la Inmaculada Concepción y la Fiesta de los Alemanes del Volga, en agosto.

Seguridad. “Gracias a Dios, aquí no sabemos lo que es un ilícito, no hay robos ni hechos delictivos de ningún tipo. Lo único que puede ocurrir es algún accidente de tránsito en la ruta 11, que atraviesa la localidad”, comentó una vecina, en cuyo tapial que da a la calle depositó despreocupadamente varios pares de zapatillas recién lavadas para secarlas con el sol.

Un factor que contribuye al sueño apacible “es que prácticamente no hay vida nocturna, salvo en el único pub del pueblo y los bailes que los estudiantes organizan todos los sábados en el polideportivo para recaudar fondos para el viaje de estudios”, comentó una maestra.

A la hora de salir a bailar y divertirse, los jóvenes prefieren trasladarse a boliches de Paraná u otras localidades cercanas que tienen mayores alternativas para disfrutar de la nocturnidad.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Las calles dan marco a un pueblo donde impera la tranquilidad.

Notas Relacionadas
Un solar ideal para el relax

Próxima entrega



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados