Rugby: la mirada de Banana Baetti

Para el ayudante de Loffreda Los Pumas tienen chances de ganarle a Francia y no piensan guardarse nada para el choque con los irlandeses

Pablo F. Mihal / La Capital

El tiempo no para. El Mundial de Francia está a la vuelta de la esquina por lo que a la hora de evaluar cómo llegan esta vez Los Pumas al certamen ecuménico, la Copa del Mundo de Australia se torna en una referencia ineludible. La frustrante eliminación en el último Mundial por apenas un punto ante Irlanda dejó un sabor amargo pero el rugby, como todo deporte, siempre da una revancha. En ese sentido el Mundial de Francia se presenta como una buena oportunidad para saldar esa cuenta. Por eso, después de ocho años de gestión al frente de Los Pumas, el cuerpo técnico encabezado por Marcelo Loffreda y el rosarino Daniel Baetti se enfrenta ante su desafío más grande.

   Según el mismo Baetti declaró él no es amigo de hacer comparaciones y aún así se animó a trazar un parangón de cómo llegó el equipo a los dos mundiales. “Creo que en cierta medida aprendimos de algunas cosas que no hicimos bien”, confesó al arrancar la charla. “Por ejemplo abandonamos la idea de jugar muchos partidos en Argentina o de hacer entrenamientos en los clubes. Esas fueron cosas que, desde el punto de vista afectivo, para el jugador fueron extraordinarias; situaciones que se viven una sola vez pero que para el desarrollo deportivo, más teniendo un objetivo claro, no son buenas porque lo desconcentran totalmente”, analizó Baetti.

   —En Rosario, en 2003, se vivió esa fiebre por Los Pumas.

   —Si, y justo antes de viajar a Australia. En el hotel donde nos alojábamos hubo que poner custodia porque había chicos todo el día. Recuerdo que en Gimnasia, estábamos la mayoría en el colectivo con 25 minutos de demora para volver al hotel y tuvimos que ir con Fernández Madero a buscar a Agustín Pichot que estaba en el medio de la cancha rodeado de 200 personas que le pedían autógrafos.

   —Obviamente no fue la idea.

   —El rugby requiere de toda la concentración por eso este año decidimos hacer todo lo contrario, nos aislamos bastante. En Pensacola los jugadores estuvieron quince días trabajando con una intensidad muy fuerte y en Newman también estuvimos bastante cerrados. Quedamos conformes.

   —El Mundial ya se palpita, ¿la idea es ir partido a partido?

   —Si, yo pienso que debe ser así. Igual, desde que Los Pumas volvieron de Pensacola, trabajamos determinadas cuestiones del juego que se repiten para que queden bien aceitadas. Se entrenó prácticamente todos los días el line out y tres veces por semana el scrum, que eran los dos puntos más flojos. También entrenamos la limpieza del ruck para poder tener una disponibilidad de pelota rápida. Nos queda pendiente el maul, pero es algo que los jugadores tienen bastante adquirido y que no nos lleva tanto tiempo. Ahora estamos armando y mentalizando a los jugadores a un determinado planteo de juego, de partido, de situaciones para cambiar a otro aspecto del juego, cómo ir y volver de un lugar a otro y bien organizados.

   —¿Y que evaluación hacen?

   —Que evolucionó de la forma que esperábamos.

   —Todos hablan del choque con Irlanda, pero “el partido” es con Francia.

   —Exactamente. No vamos a dejar nada fuera de ese partido. Vamos a ir con todo para ganarlo. Si podemos hacerlo se abrirá una posibilidad muy buena para nosotros, y si no, habremos dejado todo. No podemos desperdiciar un partido, ni considerar que está perdido. Tampoco podemos pensar que nuestro partido es con Irlanda, eso sería una locura. Argentina está capacitada para ganarle a Francia y ellos lo saben.