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viernes,
31 de
agosto de
2007 |
Ex directora del Irar declaró en causa por muerte de un menor
La ex directora del Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar) declaró en la causa que investiga la muerte de Néstor Salto, el chico de 16 años que sufrió quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo tras prenderse fuego en una celda de ese establecimiento. En una exposición que se prolongó por más de dos horas, la funcionaria dio cuenta de la conflictiva situación que atravesaba el instituto, ahora custodiado por el Servicio Penitenciario.
Allí, el 17 de abril Néstor Salto se quemó para protestar por su traslado a una celda individual. Había sido detenido esa misma tarde y anunció que se prendería fuego si era retirado de la sala de admisión. No obstante, fue encerrado y con fuego a su alcance. Dos días después murió.
Por la muerte de Salto prestaron declaración informativa tres operadores del Irar. La causa, que se inició por supuesto abandono de persona, luego fue girada al juez Correccional Daniel Acosta para que investigue si se hubo negligencias.
Caótico. La directora del Irar al momento del hecho, Laura Bevilacqua, describió el caótico estado del instituto cuando ella asumió, un mes antes de la muerte de Salto. La funcionaria había dado cuenta a sus superiores del desmadre interno y de un clima de boicot de los operadores, a quienes adjudicaba la imposición de sanciones arbitrarias a los jóvenes.
En ese sentido, los elementos recopilados en la causa reflejan la anarquía que reinaba en el instituto. Además, se investiga si el paro que realizaban los trabajadores del Irar pudo tener relación con la muerte de Salto, quien se habría visto privado de una respuesta inmediata apenas su celda empezó arder. Lo que se determinó hasta ahora es que el humo fue advertido cuando el fuego ya había cesado.
Esta semana continuarán las medidas en orden a determinar por qué el chico fue trasladado por personal civil desde la comisaría 1ª al Irar, pese a que una orden judicial lo impedía.
Al asumir en el Irar, el 21 de marzo, Bevilacqua reportó que un operador que es delegado gremial la amenazó diciendo que le quedaba “un mes de vida” en la entidad. Tras la muerte de Salto, el 24 de abril a Bevilacqua le pidieron la renuncia. El 27 a la mañana recibió amenazas telefónicas de muerte y la respuesta desde el gobierno fue que abandonara Rosario “lo antes posible”.
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