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viernes,
31 de
agosto de
2007 |
Texas salvó a última hora a un condenado
Dallas.— El gobernador de Texas, Rick Perry, conmutó ayer la sentencia a muerte de un hombre a horas de su ejecución, un acto inusual en el Estado que aplica de modo más activo la pena capital en EEUU. Ahora Kenneth Foster, que se había convertido en un símbolo contra la pena de muerte, deberá cumplir una cadena perpetua.
En 1996, Foster, de 19 años y de raza negra, ayudó a escapar a Mauricio Brown, quien había asesinado a Michael Lahood, el hijo de un importante abogado blanco al que pretendían robar. Brown fue ejecutado a comienzos de este año.
Tanto el fiscal, el juez como el jurado que condenaron a Foster admitieron que éste no participó en el asesinato. Pero el joven fue juzgado bajo la llamada Ley de Partes, por la que un cómplice es tan culpable como el propio ejecutor del delito.
El martes pasado, Foster ya había agotado todos los recursos ante los tribunales. Sólo le quedaba recurrir al gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, quien en el último minuto decidió conmutar la pena de muerte a cadena perpetua.
El caso de Foster es un símbolo de la lucha contra la pena de muerte en EEUU. El mismo se convirtió en un líder en el corredor de la muerte, impulsando el movimiento Drive, para denunciar la situación de los presos en el corredor. “No quiero oraciones ni velas. Quiero que luchen y se movilicen por mí, que muestren a estos políticos que hay individuos que piensan de otra forma”, pidió Foster en una entrevista con el diario francés Le Monde.
Texas ajustició a 402 personas desde que reanudó en 1982 las ejecuciones. Sólo durante esta semana se ejecutaron allí a otros dos asesinos condenados.
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