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 viernes, 31 de agosto de 2007  
Un nuevo escándalo sexual enturbia la campaña republicana en EEUU
Un senador del partido está acusado de “conducta lasciva” en un baño público de hombres

Washington.— Un nuevo escándalo que mezcla el sexo y la política golpea a los republicanos, justo en momentos en que el partido está mostrando a sus precandidatos para las elecciones presidenciales del año que viene. Los problemas empezaron cuando el veterano senador Larry Craig fue descubierto en el baño de un aeropuerto, buscando, al parecer, mantener relaciones sexuales con otro hombre. El congresista está acusado de “conducta lasciva”, y varios de sus colegas están presionando por su renuncia. Pero lo más llamativo es que Craig siempre se destacó por su conservadurismo, en especial por sus campañas “antigay”.

   Ahora el futuro de Craig en la vida pública pende de un hilo, tras 27 años en Washington: de 1980 a 1990 en la Cámara de Representantes y después en el Senado. El partido republicano lo obligó ya a renunciar a sus tres cargos en comités del Senado y se le abrirá una investigación en el comité de ética. El precandidato presidencial Mitt Romney también lo repudió como su jefe de campaña en Idaho, y calificó su comportamiento de “asqueroso”.

   Numerosos compañeros de partido dan por hecho que su carrera está acabada. “Al principio él se declaró culpable, y tuvo la oportunidad de declararse inocente, así que creo que debe renunciar”, afirmó el influyente senador John McCain. Hasta la Casa Blanca confesó su “decepción”. Pero Craig insiste en que no piensa dimitir.



Señas particulares. El principio del fin empezó para Craig el 11 de junio pasado, en un baño del aeropuerto de Mineápolis, cuando fue detenido por “conducta lasciva” por un policía vestido de civil. El informe policial afirma que Craig miró durante varios minutos al agente a través de una rendija en el cubículo. Posteriormente, entró al adyacente y comenzó a golpear con la punta del zapato en el suelo, una señal que los expertos aseguran es común entre homosexuales que desean sexo con desconocidos.

   Después Craig deslizó la palma de la mano por debajo de la madera que dividía ambos cubículos, lo que el agente identificó como otra señal. En ese momento, el policía respondió enseñando a su ocasional vecino su identificación por debajo del separador, tras lo cual oyó un ahogado “¡No!”.

   Craig enseñó su tarjeta de visita de senador al agente y le dijo: “¿Qué tal esto?”. Pero sólo sirvió para hundirlo un poco más. En la comisaría el congresista se declaró culpable, pagó una multa de 575 dólares, no se lo contó a nadie y, como afirmó cuando estalló el escándalo, deseó que “todo desapareciera”.

   Sin embargo no fue así. Esta semana el problema le estalló en la cara a Craig, que en un nuevo intento por salir del embrollo quedó más enredado. “Sobrerreaccioné. No hice nada inapropiado”, aseguró. “No soy gay y nunca lo fui”, enfatizó en una conferencia de prensa junto a su esposa.

   Craig está casado y tiene tres hijos y nueve nietos. A lo largo de su carrera se distinguió como uno de los legisladores más conservadores del Congreso, y en repetidas ocasiones se erigió en un adalid contra la comunidad gay, votando en contra del matrimonio homosexual y de penalizar las discriminaciones por razón de sexo.

   El senador por Idaho busca ser reelegido en 2008, y seguramente será presionado para que no se postule otra vez, ya que su banca es considerada territorio republicano, en un Estado que votó abrumadoramente por el presidente Bush en 2004. Una encuesta de Survey USA reveló que el 55% de los electores en Idaho quiere que Craig renuncie.



Crisis en cadena. El escándalo de Craig estalló semanas después de que el senador republicano David Vitter se disculpara públicamente porque su nombre apareció en la lista de clientes de una agencia de acompañantes.

   El año pasado los republicanos sufrieron otra crisis cuando se descubrió que el legislador Mark Foley enviaba correos electrónicos lascivos a becarios del Congreso. Foley renunció, admitió ser gay y desató un nuevo escándalo al revelar que cuando era adolescente había sido abusado por un cura católico.
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El senador Larry Craig salió a defenderse junto a su esposa. Pero los mismos republicanos le piden que renuncie, para que no perjudique al partido en las elecciones presidenciales del año próximo.



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