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 viernes, 31 de agosto de 2007  
Vecinos perjudicados por obras demandarían a la Municipalidad
Más problemas. Cayó un tirante del décimo piso y se enterró en el jardín de una casa lindera. La Intendencia denunció penalmente a una obra que desoyó la clausura por falta de permiso

Tres hechos relacionados con la construcción tomaron estado público en las últimas horas. Dos son infracciones flagrantes y el tercero anticipa acciones legales contra el municipio. Anteayer, a las 17, un tirante de tres metros cayó desde un décimo piso y se enterró 30 centímetros en el jardín de una vivienda de Manuel de Rosas 1580, donde la familia jugaba con su mascota. El jueves, la Municipalidad denunció a una obra de Tucumán al 1900 por violar su clausura, mientras que ayer los vecinos perjudicados por este tipo de situaciones anunciaron que llevarán el tema a la Justicia y pedirán indemnizaciones.

“Tenemos nueve meses esperando que nos atienda el intendente (Miguel Lifschitz)”, dijo Susana Maximino, portavoz de los vecinos perjudicados por las obras en construcción, en la conferencia de prensa donde anunciaron la apertura de un registro de damnificados a partir del cual iniciarían acciones legales contra la Municipalidad. “Vamos a pedir un resarcimiento por el valor que perdieron nuestras casas, nadie compra una propiedad lindera a una obra en construcción”, sostuvo, y dijo que el marco legal para el reclamo es la ley 10.000, conocida como de intereses difusos.

“Primero por los piquetes y después por la campaña; el asunto es que le enviamos una carta documento para que nos reciba”, explicó Maximino. En su opinión, las autoridades no pueden recomendarles que hagan valer sus derechos ante la Justicia en forma individual porque el 98 por ciento de las edificaciones en curso genera algún tipo de problema. Por eso, abrieron una base de datos en la que podrán inscribirse quienes se sientan perjudicados y entonces sí, accionarían en forma conjunta.

Según los rosarinos perjudicados, los problemas que produce ser lindero a un edificio en construcción son varios y van desde roturas y grietas en techos y paredes hasta inconvenientes con los servicios porque no pocas veces se dañan caños y cables. Para el grupo, la Municipalidad no puede “lavarse las manos en el tema porque extendió unos 2.500 permisos de obra entre 2006 y 2007” .

Tirantes aéreos. De peligros potenciales por la cercanía a las obras puede dar cuenta María Gabriela Acuña cuando vio con sorpresa que una viga voladora se enterraba en su jardín, a metros de donde sus hijos jugaban con una mascota. “Fue terrible”, explicó, y dijo que denunció el incidente ante Obras Particulares del Distrito Centro ya que además de proveer tirantes, el edificio en construcción, sin chapa identificatoria, vecino a su casa de Montevideo 618, es un manual de lo que no debe hacerse en la edificación. Además, sostuvo que el hecho se repitió en una casa vecina donde también cayó un tirante que se intentó recuperar sin permiso del dueño.

Anomia. Según Acuña, la construcción del edificio en cuestión comenzó hace un año y desde entonces pudo ver “que no cumplen con las normativas, no usan arneses ni cascos, y elevan a pulmón materiales, marcos de abertura y otras cosas enormes a través de una pirámide de obreros en cada piso” sin aparejos ni contención. “Pensé que eso sería en los primeros pisos pero van por el décimo y siguen con ese método arcaico y peligroso”, describió. Y añadió que el hecho denunciado ocurrió porque los obreros perdieron el tirante que estaban elevando y, tras rebotar en el techo de una habitación de su dominio, terminó hundido en el suelo. “Si uno de ellos no lo arrojaba, se caía él”, relató la mujer citando la respuesta que por toda explicación le dio el capataz de la obra.

Más. No fue ésta la única situación que vivió Acuña ya que, “a diario los obreros elevan de una manera extremadamente pobre cientos de tirantes para los encofrados sin contar que los días de viento vuelan elementos que caen por los alrededores”. La mujer aseguró que desde la caída de la barra comenzó una peregrinación por despachos oficiales para exponer lo sucedido. Ahora, se reserva el derecho de accionar por daños y perjuicios contra la empresa constructora y la Municipalidad, aparte de interponer una acción de amparo si en la obra no se toman de inmediato medidas de seguridad.

“Me pregunto si los inspectores no ven lo que se ve todos los días por las calles”, comentó Acuña. Luego, dijo que le llamó la atención que cuando relató el caso en Obras Particulares, “la inspectora de zona había estado al lado sin darse a conocer”. Eso sí, cuando llegó a su casa observó con sorpresa que los obreros tenían casco.


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Un tirante cayó desde un edificio en Montevideo al 600.

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