Cavallero: "En la Municipalidad hay 3 mil ñoquis ilustrados"

“En la Municipalidad de Rosario hay 3 mil ñoquis ilustrados, ganando en muchos casos más que empleados de carrera”, disparó hoy el candidato al Intendente de Rosario, Héctor Cavallero, y aseguró que al intendente Miguel Lifschitz no le quedará otra opción que “reducir el presupuesto o aumentar las tasas”.

En una entrevista con Canal 5, el ex intendente advirtió que de ser electo “se terminarán los trabajos de consultoría y los puestos políticos. Voy a entrar y no voy a nombrar más de 75 personas para gobernar esta ciudad, que van a entrar conmigo y se van a ir conmigo, como lo hicieron la otra vez, y no los miles de acomodados políticos que hay en la Municipalidad”.

En plena campaña, Cavallero advirtió que si Lifschitz reasume como intendente “no se va a poner en contra de su partido y de la gente que tiene nombrada”. Por eso –consideró- “va a tener que producir un impuestazo, como ya lo hizo hace dos años a modo de regalo de Navidad, un 22 de diciembre”.

Después dijo que la actual gestión “sólo atendió una parte del centro, y solamente una parte, porque al centro también lo desatendió, y un ejemplo son las veredas. Mientras tanto, la imagen del resto de la ciudad es la de las zanjas con agua podrida, el pavimento más alto que la altura de las casas –donde se mete el agua-, y los centros de salud que cierran a las 5 de la tarde, con lo que se abarrotan los hospitales”.

Sin embargo, y consultado sobre cómo sería su relación con Hermes Binner en caso de que él fuera intendente y su ex compañero de ruta gobernador, aclaró que sería “extraordinariamente buena. Yo tengo la teoría de que un intendente de una ciudad de esta magnitud tiene que llevarse bien con el gobernador y con el presidente de turno. Si yo privilegio mi ideología o mis asuntos personales soy un traidor al voto popular, porque la gente me elige para que le solucione los problemas y no para que me esté peleando con el presidente”, dijo. Y a renglón seguido se autocriticó: “Quizás yo cometí un error político por exceso en mi política de mantener buenas relaciones con los presidentes y gobernadores de turno que no eran de mi partido”, en tácita alusión a su alineamiento con el ex presidente Carlos Menem. De todos modos, se justificó: “La presa del Ludueña fue hecha entre la provincia, el municipio y la Nación, como el dragado del Paraná, la rectificación del Saladillo, y un montón de obras que se hicieron de esa manera. Uno no se puede llevar mal con el gobernador y con el presidente, al contrario, tiene que llevarse bien, acordar, hacer convenios, inversiones en común en agua, cloacas, luz, seguridad”, remató.