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lunes,
27 de
agosto de
2007 |
Abuela de Plaza de Mayo, también víctima del "cuento del tío"
Darwina Gallichio, de Abuelas de Plaza de Mayo, también fue víctima de un intento de estafa con el cuento del tío, del que ya fueron víctimas algunas personas de edad, con el agregado de que los delincuentes usaron de señuelo a una niña.
Según contó Gallichio en declaraciones radiales, un automóvil se detuvo frente a su domicilio, y de allí bajó una niña que le dijo: “Señora, mi papá le quiere hablar”. La mujer se acercó al automóvil, donde había una pareja “muy bien puesta”, recordó. “Me dijeron que traían un encargo de mi hija. Me resultó extraño, porque mi hija es supervisora de escuelas y en ese momento debía estar viajando”, rememoró.
La pareja le dijo que le traía dinero de su hija, pero que ella les tenía que dar un vuelto de 500 dólares, y le mostraron el consabido fajo de presuntos billetes, de los que se llega a ver uno solo de aspecto verdadero. “Por supuesto les dije que no tenía 500 dólares, que ni siquiera tenía moneda nacional. Me preguntaron entonces si tenía dónde guardar mi dinero, y les dije que si tuviera plata, la guardaría en el banco, aunque me robe, como ya lo hizo”, contó.
Darwina Gallichio no es la única persona a la que le quisieron sacar dinero los últimos días. Sin ir más lejos, La Capital publicó el 23 de este mes un informe que daba cuenta de varios casos en que quisieron sacarle dólares a mujeres grandes. A doña Emi, de 74 años, le vinieron con el cuento del tío el 12 de agosto, cuando también una pareja, y desde un auto, le pidió 50 dólares de vuelto de una presunta devolución de 500 dólares a su hijo. El mismo ardid usaron con Irma, de 60 años; Ana, de 72, y Alba, de 70, quienes se convirtieron en casos testigos de esta modalidad delictiva.
“Señora, somos amigos de su hija”, le dijeron desde un auto a Alba, en la zona de Mitre al 300, a metros de su casa, el 15 de este mes. La mujer preguntó con inocencia si hablaban de Romina o Alejandra (sus hijas) lo que les permitió individualizar a la supuesta amiga a la que le iban a devolver dinero.
“Nos estamos por ir a vivir a Italia y queremos devolverle los 450 dólares que nos prestó. Tome, acá hay 500 dólares. Usted me tiene que dar 50 de vuelto”, le dijo la mujer desde el auto, tal cual lo reproduce el informe elaborado por este diario. La pareja no consiguió su objetivo porque la víctima atinó a hablar por teléfono co su hija. En el caso de Ana, la mujer que la interceptó ya sabía el nombre de su hijo, y el cuento fue el mismo: 50 dólares de vuelto por una devolución de mucho más dinero, que obviamente no tenía.
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