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martes,
14 de
agosto de
2007 |
Huyó un hombre condenado por violar a chicos discapacitados
Buenos Aires.- Mario Ochoa, el chofer condenado a 16 años de cárcel por violar a menores discapacitados, se fugó hoy cuando la Policía iba a detenerlo luego de que la Justicia le revocara el beneficio de prisión domiciliaria del que gozaba.
Fuentes policiales dijeron que cuando los efectivos fueron hasta dos domicilios donde supuestamente se encontraría Ochoa, uno en Beccar y otro en Tigre, ya se había escapado tras enterarse por un medio de prensa.
Las fuentes indicaron que cuando el Ministerio de Seguridad bonaerense giró el oficio de la orden de detención que le remitió la Justicia a la Jefatura Departamental Conurbano Norte, el titular de esa dependencia también estaba enterado por la prensa y, pese a la celeridad para cumplir con el procedimiento, no pudo hallar a Ochoa, quien se mantiene prófugo.
Los efectivos habían llegado al lugar en cumplimiento de un fallo dictado por los jueces de la Sala III del Tribunal de Casación platense, Víctor Violini y Ricardo Borinsky, que revocaron el arresto domiciliario con el que había sido beneficiado Ochoa y ordenaron su arresto.
En su resolución los jueces valoraron la gravedad del delito y la magnitud de la pena aplicada al acusado para ordenar su traslado a una cárcel, según trascendió.
La noticia de la fuga sorprendió a los familiares de las víctimas, quienes habían concurrido a los tribunales de San Isidro, en Ituzaingó 340 de esa ciudad, para notificarse de la resolución.
También sorprendió al defensor de Ochoa, Rubén Jones, quien adelantó que “si se fugó, dejo de ser su abogado, porque no puedo patrocinar a una persona que no se ajusta a derecho; si se escapó habrá llegado el final de la película para mí”.
Por su parte, la titular de la asociación Ayuda a Víctimas de Violación (Avivi), María Elena Leuzzi, aseguró a esta agencia que los familiares de los damnificados pedirán el juicio político del tribunal que concedió la prisión domiciliaria de Ochoa.
El 20 de julio pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro, integrado por Luis Oscar Zapata, Clarisa Moris y Ariel Introzzi Troglia, había condenado a 16 años de prisión a Ochoa al encontrarlo culpable de los delitos de “abuso sexual calificado” y abuso con penetración, pero absuelto por corrupción de menores.
El tribunal lo responsabilizó por violar a cinco adolescentes de entre 16 y 18 años, a los que trasladaba a las escuelas 501 y 503 de San Fernando y al Centro de Formación Laboral de Vicente López, donde cursaban clases.
Tanto el fiscal del juicio, Fabián Brain, como la abogada de la querella, Silvia Weksel, habían reclamado 30 años de cárcel para el acusado.
Al dar a conocer el fallo el tribunal le concedió el arresto domiciliario hasta que quede firme la sentencia, hecho que generó la reacción de los padres de las víctimas, quienes instalaron una carpa en los tribunales de San Isidro para reclamar que se revoque la medida.
Incluso fueron recibidos por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien los respaldó en su reclamo.
El caso comenzó a desentrañarse alrededor de 2002, cuando una de las víctimas le contó a su madre del abuso y se inició la denuncia, a la que se le sumaron otras por hechos cometidos en perjuicio de 13 menores.
Según las denuncias, el acusado habría obligado a los chicos a desnudarse y a tocarse en la combi en la que los transportaba, entre otros hechos.
Ochoa fue detenido en 2003 y estuvo en esa condición hasta 2006, cuando fue dejado en libertad por demoras en el proceso. (DyN)
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