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martes,
14 de
agosto de
2007 |
Va a juicio en Rusia un asesino
serial que admitió 62 homicidios
Sería el tercero de la historia moderna. Marcaba los crímenes en un tablero de ajedrez
Una obsesión delirante lo impulsaba: matar a personas en un parque de Moscú. Y un propósito no menos demencial: marcar sus asesinatos en un tablero de ajedrez hasta completar las 64 casillas. Ayer un tribunal de la capital de Rusia resolvió que Alexander Pichushkin, de 33 años, será sometido a juicio a partir del mes próximo. Los fiscales explicaron que sólo tienen evidencia para acusarlo por 49 homicidios.
Pichushkin asegura haber cometido 62 asesinatos. Si eso fuera cierto su estremecedora marca lo convertiría en el tercer asesino serial de la historia moderna. Solamente lo aventajarían Harold Shipman, médico inglés apodado el Doctor Muerte, con 215 víctimas, y Javed Iqbal, un ingeniero químico paquistaní al que se le atribuyeron los crímenes de 100 niños.
El peor asesino múltiple de Rusia, Andrei Chikatilo, fue condenado en 1992 por la matanza de 52 niños y mujeres jóvenes en el curso de 12 años (ver aparte).
Pichushkin, que trabajaba en un comercio de venta de comestibles como empleado, se veía tranquilo y distante en la celda de los acusados del tribunal de Moscú durante la audiencia preliminar de ayer. El juez aceptó su pedido de un juicio con jurado y determinó que será abierto al público. El proceso comenzará el 13 de septiembre.
En caso de ser declarado culpable, Pichushkin enfrenta una posible condena a prisión perpetua. Rusia dejó de lado la pena de muerte en cumplimiento de sus obligaciones normativas con el Consejo de Europa.
Nombre y teléfono. Las matanzas en el parque Bittsa del sudoeste de Moscú comenzaron en el 2001 y aterrorizaron a la capital rusa. Pichushkin, a quien llaman el “ajedrecista loco” o “maníaco del parque Bittsa”, fue arrestado en junio del 2006 después de que la policía encontrara su nombre en una hoja de papel que una mujer asesinada, Marina Moskaleva, había dejado para su hijo. Marina era compañera de trabajo de Pichushkin. Le había dicho a su hijo con quien había quedado en encontrarse y, además, apuntado en una nota el teléfono del presunto asesino.
Al inicio Pichushkin negó su participación. Pero admitió el homicidio cuando la policía le mostró una secuencia tomada por una cámara de vigilancia en un tren subterráneo. Las imágenes lo mostraban acompañando a la víctima. La derivación de su confesión fue sorpresiva: Pichushkin posteriormente reconoció ser el autor de al menos 62 asesinatos. Tras admitirlo ayudó a la policía a encontrar los cadáveres de las víctimas.
Yo lo hice. Poco después de su arresto, la policía invitó al canal de televisión NTV a filmar y transmitir las confesiones de Pichushkin. Fue un esfuerzo por contrarrestar los rumores recogidos por la prensa de que había sido forzado a efectuar confesiones falsas.
Las imágenes de NTV provocaron una nueva oleada de estupor. En ellas Pichushkin parecía calmo mientras hablaba de su pasión por matar. “Para mí, una vida sin homicidios es como una vida sin alimentos para ustedes”, sostuvo. “Me sentía como el padre de todas estas personas, ya que fue yo el que les abrió la puerta de otro mundo”. Expertos del Instituto Serbsky, la principal clínica psiquiátrica de Rusia, determinaron que Pichushkin estaba en su juicio. Y que comprendía la criminalidad de sus acciones.
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Fotos
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Alexande Pichushkin, de 33 años, mataba en un parque de Moscú. Los fiscales dicen tener prueba de 49 de sus crímenes.
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