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martes,
14 de
agosto de
2007 |
Reflexiones
El boom del turismo médico
Andrés Oppenheimer
Desde hace bastante tiempo estoy convencido de que el turismo médico se convertirá en una de las mayores industrias de América latina en el siglo XXI. Ahora, en una visita a Panamá, pude ver los primeros síntomas de la bonanza que producirá este sector.
En los próximos treinta años llegarán a la edad de jubilación nada menos que 100 millones de norteamerianos, y muchos de ellos no podrán pagar los costos cada vez más altos de los servicios de salud en Estados Unidos. Ya son cada vez más los norteamericanos que están viajando a Panamá, México, Costa Rica, Colombia, Argentina, Chile y otros países de la región para realizarse operaciones de corazón, cirugías plásticas o ir al dentista para pagar la mitad del precio y recibir atención más personalizada.
Antes de contarles lo que vi en Panamá, déjenme compartir con ustedes algunos datos de un nuevo libro, llamado "El turismo médico en los países en desarrollo", de las autoras Milica y Karla Bookman.
El libro cita cifras de las Naciones Unidas según las cuales la industria de los viajes y el turismo ha llegado a los 4.4 trillones de dólares anuales, y se ha convertido en los últimos años en la más grande el mundo, aún más grande que las industrias de defensa, manufacturas, petróleo o agricultura. Y en muchos países, el turismo médico ya es una parte significativa de la industria turística.
"Hace varias décadas, cuando se inició el turismo a lugares exóticos, la atracción era: sol, arena y sexo. Ahora, la atracción en los países en desarollo ha sido reemplazada por sol, arena y cirugía", escriben las autoras. Tailandia recibe unos 400.000 turistas médicos por año, y Costa Rica unos 150.000. Y uno de los motivos por los cuales la economía de España está creciendo a tasas que casi duplican las de sus vecinos es que cientos de miles de jubilados alemanes, suecos e ingleses viven parte del año en España, gozando del sol, la buena vida y los servicios médicos más baratos.
La semana pasada visité el nuevo hospital Punta Pacífica de Panamá, afiliado a la red de hospitales Johns Hopkins de Estados Unidos, para conocer este fenómeno más de cerca. El hospital ya cuenta con un 25 por ciento de pacientes extranjeros, la mayoría de ellos norteamericanos que no tienen seguro médico en Estados Unidos, o que quieren hacerse operaciones no cubiertas por sus seguros, o canadienses que no quieren esperar seis meses para una operación en el sistema de medicina estatal de su país.
El director del hospital, Rolando Bissot, me dijo que una cirugía de corazón simple, que en Estados Unidos cuesta 60.000 dólares, se hace en su hospital por 30.000. Y una cirugía cosmética de implante de senos, que en Estados Unidos cuesta unos 12.000 dólares, se realiza en Panamá por 6.000. En Argentina, Brasil, Colombia y otros países de la región, los precios son aún más bajos.
Pero, ¿van a confiar los norteamericanos en médicos panameños?, le pregunté. Ya lo están haciendo, respondió Bissot, señalando que muchos médicos en Estados Unidos son oriundos de otros países. En efecto, según el New England Journal of Medicine, el 25 por ciento de los médicos en Estados Unidos estudiaron en el exterior, y el 60 por ciento de ellos lo hicieron en países en desarrollo.
El Hospital Punta Pacífica, de 65 camas, no sólo es inspeccionado regularmente por la red Johns Hopkins, sino que cuenta con tres médicos cirujanos que realizan las mismas operaciones en hospitales de Miami y Nueva York, dijo Bissot.
Uno de ellos, el cirujano ortopédico de Miami doctor José Jaen, me dijo que muchas veces aconseja a pacientes de Estados Unidos que no pueden pagar una operación, que la hagan en Panamá.
''Es el mismo médico, la misma operación y el mismo tratamiento ortopédico que el paciente recibiría en mi clínica de Miami, pero a mitad de precio. Y eso incluye el viaje en avión y el hotel'', me dijo Jaen.
Mi opinión: el gran desafío para los países latinoamericanos será que sus hospitales sean acreditados por la Joint Commission International (JCI), el brazo internacional de la agencia que certifica los hospitales de Estados Unidos.
La JCI ya ha acreditado a varios hospitales en China, India y varios otros países en desarrollo, pero en América latina sólo ha certificado hospitales en Brasil y Bermuda, según su página web (hospitales de México, Costa Rica y el Punta Pacífica de Panamá, entre otros, están en el proceso de lograr su acreditación).
Sin embargo, ya estamos viendo el nacimiento de una industria que se extenderá a comunidades de retiro que, como ocurrió en España, podría significar una enorme inyección de ingresos para los latinoamericanos. Y si la competencia obliga a que el sistema de salud de Estados Unidos reduzca sus precios, tanto mejor.
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