Vergüenza ajena (II)

Cuando llegué desde Buenos Aires a Granadero Baigorria, en enero de 2002, donde actualmente resido, al poco tiempo envié una carta a esta sección, “Vergüenza ajena”, que era lo que yo sentía por el pésimo estado de las dos principales arterias de ingreso a la ciudad: J. Orsetti y Eva Perón. Para mi sorpresa, a los dos días de publicada la avenida Orsetti fue más o menos emparchada por el gobierno de turno. Hoy la calificación de “pésimo”, refiriéndome a su estado, ha quedado demasiado pequeña ya que esta vía se ha convertido en algo parecido a la carretera de entrada a Bagdad. Es intransitable y ni hablar de Eva Perón que desde comienzo a fin hay que esquivar baches. A pesar de los reclamos de los vecinos continúan en la misma situación, o lo que es peor, empeoran día a día. Lo que he manifestado es tan solo una mínima parte de las penurias que venimos sufriendo los baigorrienses. El barrio en que vivo (San Miguel) se ha transformado en un barrio privado: privado de servicios, privado de luz, privado de agua, privado de seguridad, privado de todo. Y otros barrios están padeciendo los mismos problemas.

Roberto Giachino, DNI 10.090.584