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sábado,
21 de
abril de
2007 |
Merlo habló y lo despidieron
Mostaza criticó con dureza a De Tomaso, quien un rato más tarde tomó la decisión de echarlo
Reinaldo Merlo fue despedido ayer de la conducción técnica de Racing por el presidente de la empresa gerenciadora, Fernando De Tomaso, quien tomó esa decisión luego de que el entrenador declarara que "Blanquiceleste no había cumplido con nada".
"Esto lo hice por Racing, para que se termine el engaño, para que la gente sepa que esto siempre fue un engaño y porque quiero que Racing vuelva a ser un grande", fueron las últimas palabras que pronunció Merlo antes de irse del estadio de Avellaneda. Minutos antes había brindado una conferencia de prensa explosiva, donde acusó a De Tomaso de buscar consenso entre los jugadores para echarlo.
La cronología del despido de Merlo comenzó en julio de 2006, cuando Racing jugó un amistoso ante Tristán Suárez. Ese día Merlo se peleó con De Tomaso y la relación nunca más fue la misma. Pasó el tiempo y De Tomaso criticó reiteradamente a Merlo, aunque nunca en público. Los conflictos se sucedían hasta que los jugadores blanquearon que "la empresa les debía cuatro meses de sueldo y que nunca les había pagado las primas".
El miércoles De Tomaso fue a hablar con los jugadores y según dijo Merlo, les pidió ayuda para despedirlo. Cuando el DT se enteró, su reacción fue terminante.
"De Tomaso se reunió con los jugadores buscando apoyo para echarme", dijo Merlo sin anestesia. "Pero los jugadores demostraron ser hombres de bien, porque no les deben nada ni a Merlo ni a Blanquiceleste, ellos se deben a Racing. Vine al club con muchas ganas y con deseos de trabajar. Pero Blanquiceleste no me cumplió en nada", agregó.
Merlo se fue al vestuario, mientras tanto, De Tomaso en sus oficinas de Blanquiceleste analizaba los dichos del técnico. Poco después, el gerenciador llamó al gerente de fútbol de Blanquiceleste, Miguel Rosello, para que le comunicara a Merlo que dejaba de ser el técnico, pero el teléfono celular de Mostaza estaba apagado. El que sí estaba prendido era el teléfono de su ayudante de campo, René Dualte, quien recibió la noticia de que "Merlo dejaba de ser el técnico de Racing". Entonces, el Polaco le contó a Merlo la noticia y junto a Julio Santella, el preparador físico, se despidieron de la gente de la utilería y abandonaron el vestuario.
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Mostazo habló de engaño.
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