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sábado,
21 de
abril de
2007 |
"Dudas sobre
la realidad de las estrellas"
Marcelo Menichetti / Escenario
Qué tipo de patología sufren ciertos personajes del mundo del espectáculo es materia de estudio para terapeutas. Queda para el resto de los mortales la perplejidad que causan las exigencias y pretensiones de ciertas "estrellas". Fue muy comentada la imposición de Julio Iglesias quien exigió a los fotógrafos enfocar, solamente, su perfil derecho. En su calvario de andar por el mundo de perfil, como un friso egipcio, el maduro y fértil cantante español se impone el castigo de no ofrecer nunca "la otra mejilla". Condenado a una marcha de cangrejo, Julio oculta un secreto que, quizá, nadie nunca devele. Ni siquiera Roger Waters, que se le animó a la cara oculta de la Luna. Los mismos desvelos sufre e impone Susana Giménez quien, según dicen los que "la saben lunga", no deja publicar ninguna foto que no haya sido tamizada por el popularísimo photoshop, programa de edición de fotos por computación que conoce hasta la señora cuyo contacto con la tecnología de punta muere en el termotanque y la licuadora, y que se solaza con estos tópicos en un país donde parece no existir mayor problema que el de las arrugas de sus artistas. Otros que saben más todavía aseguran que la cámara que sigue a la blonda animadora en su programa de televisión cuenta con lentes especiales que alargan su figura quitándole kilos de peso y estilizando su silueta. Sin quererlo y sin poder evitarlo, debemos recurrir a una frase sin sentido y aludir a la "realidad virtual" -contradicción idiomática flagrante si las hay- en la que quieren vivir estos pretendidos divos. Los acomplejados sujetos se condenan a no aparecer nunca jamás tal cual son ante su público. Es más, hasta puede surgir quien oponga sus dudas sobre la existencia de las estrellas. Sin embargo, algún tipo de justicia se impone a la postre y les otorga ese anonimato que tanto suelen reclamar cuando hablan del "peso de la fama". Aunque, como diría un fabricante de frases pretendidamente ingeniosas, "es preferible el peso de la fama que la fama sin un peso".
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