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sábado,
21 de
abril de
2007 |
Cuatro años de discusión científica con aroma a café
El espacio busca generar un ámbito de diálogo lejos de la solemnidad académica
Andrea Insani
Organizado por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, el Café Científico cumplió cuatro años de existencia, convirtiéndose en un espacio de diálogo y encuentro entre actores reconocidos de la ciencia y la tecnología, y toda persona interesada en ingresar en un lugar tradicionalmente reservado para especialistas del ámbito académico. Es auspiciado por la Facultad de Ingeniería de la UNR.
“La idea de realizar estos encuentros surgió de un grupo de personas que habíamos desarrollado algún tipo de experiencia en el área de la difusión de la ciencia, y que sentíamos que debíamos hacer algo que ayude a que toda la sociedad se apropie del conocimiento y que se instale como tema de conversación en todos los ámbitos”, comenta Roberto Laura, uno de los organizadores de esta actividad, y docente de Ingeniería, para quien este espacio es una forma de intercalar una cuestión educativa en un ámbito alejado de la solemnidad académica”.
El Café Científico se realiza los terceros miércoles de cada mes, a las 19.30, en el bar ubicado en Tucumán 1816, mediante la dinámica de charlas informales con debates sobre diversos temas que incumben a la ciencia, y que muchas veces responden a circunstancias de actualidad. De las charlas participan personalidades reconocidas en el ámbito de cada temática planteada, y que hacen de disparador para el debate con los presentes. Un público que reúne a docentes y estudiantes de la escuela media y superior, jubilados y adultos.
Para los organizadores de esta iniciativa, la ciencia y la tecnología son actividades del hombre que tienen un profundo impacto en su vida, pero que sin embargo, suelen aparecer como misteriosas para la sociedad o reservadas para ser comprendidas por un grupo de especialistas.
A lo largo de los cuatros años del Café Científico, se han desarrollado charlas sobre temas como organismos genéticamente modificados, la enseñanza de la historia y el futuro, el diálogo entre la física y la filosofía, la teoría de la relatividad, y temas de actualidad como la política después del 2001, entre otros.
Desde sus comienzos, los organizadores de la actividad se han propuesto aportar a un cambio cultural en el que se valorice al conocimiento científico-tecnológico como una construcción social y como una herramienta para mejorar la calidad de vida. “Hoy el Café se ha convertido en un lugar en el que quien trabaja en algún área pueda dar a conocer sus avances; y además es un espacio en el que cualquier interesado en una temática puede aprender, opinar y plantear interrogantes”, concluye Roberto Laura.
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