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miércoles,
18 de
abril de
2007 |
La ética en la medicina y el
poder económico en el debate
Representantes de entidades locales pidieron más control estatal y educación
Florencia O´Keeffe / La Capital
“Los médicos no pueden entrar en el juego de las propuestas indecentes de la industria farmacéutica y los laboratorios. La lógica del mercado no debería reglar esta actividad, donde lo más importante debe ser el respeto por el ser humano y el derecho a la salud”. Esta y otras frases se escucharon en la reunión efectuada en el marco del 1º Congreso Argentino-Latinoamericano de Derechos Humanos, que se realizó la semana pasada en Rosario, donde un grupo de representantes de entidades locales vinculadas al ámbito de la medicina y el derecho, abordaron la problemática de la ética en la salud y la información a los pacientes y plantearon la necesidad de informar y formar a la población sobre el tema.
La moral médica, las publicaciones científicas, la publicidad de medicamentos, los “regalos” y otras estrategias para “comprar la voluntad” de los profesionales de la salud por parte de las multinacionales, fueron temas que se debatieron en una reunión que convocó, entre otros, a autoridades del Colegio de Médicos, de la Sociedad de Pediatría, del Colegio de Farmacéuticos, el área de salud de la Municipalidad de Rosario, el Colegio de Abogados, la Facultad de Ciencias Médicas y otras carreras de la Universidad Nacional de Rosario.
Los profesionales dieron cuenta de una decena de situaciones que se repiten en el ámbito de la medicina y que, afirmaron, van en detrimento de la salud colectiva, obligando a los pacientes a ser víctimas de un sistema perverso donde lo comercial se instala por encima de lo humano. “En muchos casos se impone la ética de la ganancia y de los negocios por sobre el derecho de las personas a la salud. Las grandes corporaciones de la industria de los medicamentos apelan a cualquier recurso para captar la voluntad de los médicos; ya no es sólo invitarlos a un congreso científico en el Caribe y pagarles todo, ahora, por ejemplo, directamente les pagan un spa para que vayan a relajarse”, enfatizó Estela Martínez, coordinadora de la comisión de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario.
“Lo curioso es que no todos los médicos son conscientes de su complicidad —agregó la experta—; hay muchísimos profesionales que quedan presos de las trampas del mercado, que creen que están haciendo un bien cuando en realidad son usados con fines puramente comerciales, por eso es importante denunciar estas cosas”.
En este punto, se mencionaron como uno de los temas de preocupación, los ensayos clínicos que reclutan a pacientes para probar medicamentos. “Cualquier efector público de la Argentina puede usarse para captar personas, lo sepan o no. Por cada ficha médica los laboratorios suelen pagar mucho dinero, y a veces, los médicos más jóvenes, como los residentes, se sienten orgullosos de que tal o cual empresa los tiene en cuenta para estudios de este tipo, cuando no hacen más que utilizarlos”, dijo Mirtha Guelman, médica pediatra del Comité de Educación para la Salud de la Sociedad de Pediatría de Rosario.
Hugo Oteo, presidente del Colegio de Médicos, mencionó que la entidad está bregando desde hace tiempo por un control estricto en este tema, y que esperan que los legisladores provinciales o nacionales se hagan eco para darle a estas investigaciones un marco de seriedad y transparencia.
Por su parte, Raúl Broglia, presidente del Instituto de Derecho de la Salud del Colegio de Abogados de Rosario, dijo que, lamentablemente, “la falta de regulación en temas de salud es un hecho” y destacó que en la Constitución Nacional, recién desde la reforma del 94, la palabra salud aparece reflejada. También habló de la desprotección del interior del país. “Muchas cosas legales referidas a la salud deben manejarlos en Buenos Aires, con las dificultades que ello implica”.
“Cuando se trata de litigar contra laboratorios, o instituciones médicas no siempre están las normas”, se quejó Guelman.
Información responsable En más de dos horas de debate, los profesionales hablaron del desamparo legal y de la impotencia que sienten a la hora de luchar contra intereses con tanto poder. Al respecto, Carina Botta, del departamento de Farmacia de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad, manifestó que se necesita “como nunca antes el espíritu crítico, tanto del lado de los profesionales como de los pacientes, y eso se fomenta con la educación y la información responsable”. “La moral es individual pero la ética pide que haya un Estado que la controle, y eso, lamentablemente hoy no funciona”, agregó Susana Frutos, semióloga y docente de la Facultad de Comunicación Social.
Las responsabilidades estatales fueron puestas en el banquillo y no fueron pocos los que mostraron su escepticismo. “Aunque no provoquemos un cambio sustancial, creo que el debate es oportuno y necesario. Somos muchos los que por años venimos bregando por la clarificación de estos temas”, dijo Efraín Hutt, del comité de ética del Hospital de Emergencias.
A modo de conclusión, Guelman, apoyada por sus colegas, puntualizó lo siguiente: “La sociedad pide que exista un espacio de discusión sobre esta problemática y deberíamos tenerlo; hay que sumar voluntades para no ser siempre los mismos los que ponemos la cara”. Para cerrar mencionó: “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”.
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El poder de los laboratorios fue uno de los temas de discusión.
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