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 lunes, 16 de abril de 2007  
El DT leyó bien el partido
Ischia apostó a defender con tres y acertó. Fue clave el ingreso de Costa

Lucas Vitantonio / La Capital

Tal como trabajó Carlos Ischia durante la semana, Central se plantó ayer con un esquema atrevido. No había espacio para especulaciones y todos los cañones debían apuntar al arco de enfrente. Así arriesgó con tres inamovibles en la última línea, metió cuatro volantes con dinámica, dispuso un organizador de juego definido y buscó perforar con dos delanteros potentes. La apuesta le salió bien a flamante DT, aunque él mismo reconoció que por momentos pasaron sobresaltos debido a los embates picantes de Chicago.

La convicción del entrenador quedó reflejada ayer en dos decisiones acertadas. Una antes del partido y la otra en el entretiempo. Primero, no se escudó en la falta de trabajo y optó por arrancar el encuentro con tres defensores. Así Raldes jugó de líbero y los stoppers fueron Ledesma y Azconzábal. Ganaron y perdieron con los atacantes del Torito, pero por ser la primera vez que actúan de esta manera sortearon con éxito el examen.

Ischia buscó tener más hombres del medio hacia adelante. Borzani y el Kily González fueron el termómetros en el círculo central y Ríos y Di María se desdoblaron por las bandas. La clave también estuvo en la inclusión desde el minuto cero de Damián Díaz, que fue un enganche atrevido y que jamás cayó en el cerrojo del elenco de Mataderos. Arriba hubo dos gladiadores incansables: Caraglio y Belloso.

Central se fue al entretiempo ganando por la mínima diferencia. Y allí, en el vestuario, Ischia tomó la segunda decisión acertada de la tarde. Sabía que el Torito iba a salir a quemar las naves y entonces el DT mandó a la cancha a Tomás Costa, que fue el ladero de Borzani. Entonces el Kily se corrió unos metros hacia la izquierda y Di María quedó en las gateras.

Central arrancó más equilibrado el complemento y dejó venir unos metros a un Chicago herido. Los metros que se replegó los ganó en la espalda de los defensores rivales y aparecieron los espacios para encaminar la goleada. Ischia tuvo un buen estreno en el Gigante. Demostró muñeca para acomodar la nave a los vientos que van soplando.
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El festejo de Diaz y el Kily.

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