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lunes,
16 de
abril de
2007 |
Sacarán los mendigos de plaza de San Pablo para recibir al Papa
San Pablo (Brasil).- Los numerosos mendigos y niños callejeros que convirtieron en su “hogar” a la Plaza de la Sede, de San Pablo, tendrán que abandonar el lugar en mayo próximo, durante la visita pastoral que cumplirá el papa Benedicto XVI a esa metrópolis brasileña, reveló hoy la prensa local.
Según el diario Folha de São Paulo, agentes de la Policía Federal sacarán de esa plaza céntrica de San Pablo a todos los que viven allí, cerrará la Catedral de la Sede y bloqueará todos los accesos al lugar horas antes de que el pontífice llegue al lugar para celebrar una misa campal ante unos dos millones de fieles, el 11 de mayo.
La retirada de la población callejera de la Plaza de la Sede, la más conocida y más céntrica de San Pablo, forma parte del superesquema de seguridad armado para proteger a Benedicto XVI durante su visita a Brasil, del 9 al 13 de mayo, y que movilizará a unos 7.000 efectivos policiales y militares.
“No existe media seguridad. Si no hacemos una seguridad completa, no habrá seguridad”, afirmó el comisario federal Flavio Trivella, al afirmar que también serán aislados los lugares donde pernoctará Benedicto XVI durante su visita a Brasil, el monasterio de São Bento, en San Pablo, y el Seminario Bom Jesus, en la ciudad santuario de Aparecida do Norte.
Trivella, quien coordinó el megaesquema de seguridad adoptado en marzo, con ocasión de la visita a San Pablo del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, comandará también a los 400 agentes federales encargados específicamente de garantizar la integridad física del Papa.
Según el comisario, esta vez las medidas de seguridad incluyen investigaciones intensas incluso sobre las personas oficialmente acreditadas para la visita papal, como religiosos y autoridades, que tendrán además que aceptar ser revisadas antes de acercarse a Benedicto XVI.
“Siempre tenemos en cuenta la posibilidad de que álquien se haya infiltrado. Todos los cuidados son adoptados para asegurar que la visita del Papa sea tranquila”, afirmó.
En los eventos multitudinarios, como el encuentro del pontífice con jóvenes católicos en el estadio futbolístico Pacaembú, todos los presentes tendrán que pasar por equipos detectores de metal.
En lugares abiertos, como la misma plaza de la Sede, la multitud será mantenida a una distancia segura por policías fuertemente armados y hasta por una cerca de alambre de púas.
En sus desplazamientos, Benedicto XVI tendrá a su disposición vehículos blindados, capaces de resistir incluso a un ataque con granadas. Tanto los automóviles como los llamados Papamóviles (los vehículos que permiten a los fieles ver al pontífice) serán conducidos por agentes federales.
Según Trivella, pese a los cuidados extremados, el esquema de seguridad tratará de no ser asustador para los fieles, “al menos hasta donde sea posible”.
“Tenemos que garantizar la seguridad máxima del Papa, pero no deseamos hacer algo aparatoso. Al fin y al cabo, él viene en misión de paz”, afirmó. (DPA)
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