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lunes,
16 de
abril de
2007 |
Réplica de
un taxista
En la edición del 9 de abril, la señora Patricia Pinacca expone sus quejas sobre el servicio de taxis, relatando que el jueves pasado debió esperar 40 minutos un taxi en la esquina de 27 de febrero y Lagos. Que en esa oportunidad se disponía a llevar su hijo al colegio y que al no conseguir una unidad debió volverse a su casa sintiéndose fracasada por esa situación. Fracaso que “dedicó” a los taxistas corruptos que engañan a los viejos y a los turistas, a los mentirosos que dicen que no hacen falta más licencias y a los mafiosos que la obligan a tomar un coche, sin dejarle elegir otro, según su relato. Permítame, señora Pinacca, hacerle algunas preguntas. Si usted se refiere al jueves 5 de abril, me gustaría que me diga a qué colegio lleva a su hijo, ya que jueves y viernes santos no se dictaron clases. Si por el contrario, se refiere al día jueves 29 de marzo, quiero recordarle, que la ciudad estuvo sometida a una de las lluvias más intensas e ininterrumpidas de los últimos años, a tal punto que colapsaron los servicios de asistencia, la prestación de luz eléctrica, el servicio de agua potable, el destrozo de techos, pavimentos, inundaciones de los colegios al punto de desobligar a los alumnos. ¿Y usted pretendía en un día así tener un servicio normal? Si sus quejas son fundamentadas las acepto, siempre en el marco del respeto, porque como servicio público me podrá criticar; pero como trabajador que soy le recuerdo que tengo derecho a defender mi fuente laboral, y como persona que, le recuerdo que soy, le pido que me respete, porque yo, como la mayoría de los taxistas, no soy ni mafioso, ni mentiroso, ni corrupto. Trabajo, como la gran mayoría, digna y honradamente.
Guillermo R. Amerise
DNI 20.536.428
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