Año CXXXVII Nº 49443
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Señales
Economía
Escenario
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 11/04
Página Solidaria 11/04
Turismo 08/04
Mujer 08/04
Economía 08/04
Señales 08/04
Educación 07/04
Estilo 07/04

contacto
servicios
Institucional



 domingo, 15 de abril de 2007  
Liberan a un policía que mató una chica en oscuro caso

Un suboficial de la policía provincial procesado por matar de cuatro balazos a una chica de 23 años, en un opaco episodio ocurrido hace casi un año en la zona sur, recuperó la libertad luego de la Cámara Penal de Rosario modificara la tipificación del delito. De presunto autor de homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad —tiene una pena máxima de prisión o reclusión perpetua—, el agente pasó a estar acusado de homicidio culposo, es decir, no intencional.

  El cabo primero Edgardo Peiretti, de 35 años, se desempeñaba en la Dirección de Medicina Legal y tenía prohibido portar armas. Hace dos meses, una jueza lo había procesado por dispararle a Verónica Garcilazo, quien cayó fulminada volviendo de la panadería, en la puerta de su casa y mientras cargaba a un sobrino en brazos. La magistrada equiparó el acto del suboficial a un homicidio intencional.



Libre. La nueva resolución dejó a Peiretti en libertad y también favoreció al suboficial Jesús Acosta, quien acompañaba a Peiretti cuando se produjo el episodio. Acosta había sido procesado por encubrimiento y ahora esa acusación fue revocada, por lo que quedó a un paso del sobreseimiento.

  Los camaristas Eduardo Sorrentino, Alberto Bernardini y Ernesto Pangia entendieron que Peiretti pudo tener una acción imprudente, pero no intención de matar al desatar una lluvia de balas para conjurar lo que para ellos fue “un ataque ilegítimo” previo, que el policía invocó como fundamento de su accionar. Los jueces descartaron que se hubiera montado una maniobra para fabricar un enfrentamiento y de esa forma aliviar la situación de los policías.

  A partir de lo dispuesto por la Cámara Penal el expediente por la muerte de Verónica Garcilazo, atravesada por cuatro balas de una pistola 9 milímetros reglamentaria, pasará a un juzgado correccional, donde se dirimen los delitos que prevén penas menores a los tres años de prisión.

  El hecho ocurrió el 6 de mayo de 2006, cerca de las 7.45. Peiretti y Acosta, quienes cumplían tareas diferenciadas en la Dirección de Medicina Legal, se desplazaban en un utilitario Volkswagen blanco. Ese mañana, según ellos declararon, se dirigían a sus puestos. De acuerdo a lo probado en la investigación, Peiretti manejaba y Acosta iba como acompañante.

  A esa hora, los policías circulaban por Flammarión al 5000. Allí, según declararon, sorpresivamente fueron atacados a escopetazos por un hombre joven que se escondió tras la puerta de un pasillo, donde buscó refugió para parapetarse. Peiretti entonces detuvo la marcha y retrocedió unos metros hasta que el vehículo quedó frente a la abertura.

  Así, y con la pistola 9 milímetros de su compañero (no tenía permitido portar la suya por razones psicológicas), efectuó al menos siete disparos. Detrás de esa puerta, donde quedaron los impactos, se encontraba Garcilazo con su sobrino de cinco años en brazos.

  Tras la balacera, los policías se dirigieron a la seccional 21ª, donde denunciaron lo ocurrido. La investigación posterior de la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas echó un manto de dudas sobre la versión oficial en base a contradicciones en las declaraciones de los imputados y pericias balísticas que desacreditaban la hipótesis de la agresión previa. Por eso ambos fueron procesados. Peiretti, acusado de homicidio agravado por ser integrante de una fuerza de seguridad. Acosta, por presunto encubridor.



La defensa. Ese fallo fue apelado por la defensa de los policías, a cargo de un estudio jurídico vinculado a un encumbrado dirigente del Partido Justicialista de Santa Fe (Peiretti es hijo y hermano de dos ex legisladores provinciales de ese partido). Los letrados objetaron una pericia balística hecha por Gendarmería Nacional a la que tildaron de contradictoria, que atacaba la versión de los policías imputados, y se basaron en otra, que se acerca más a su planteo de lo ocurrido. También cuestionaron que no hubieran valorado los dichos de dos personas, coincidentes en que habían visto en el lugar, instantes antes del episodio, a un muchacho armado con una escopeta.

  El expediente llegó a la Cámara a principios de febrero y en estos días, los jueces elaboraron el dictamen en el que ratificaron la calificación de homicidio para Peiretti, aunque con atenuantes. Los camaristas entendieron que hubo un ataque previo que motivó la reacción del agente. Pero a la vez remarcaron que hubo una actitud negligente y desacreditaron la hipótesis de la escena armada. l
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados