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domingo,
15 de
abril de
2007 |
En foco. El pulso de las paritarias
La imagen de los secretarios generales de la CGT, Hugo Moyano, y de la CTA, Hugo Yasky, en la conferencia en la que anunciaron la respuesta de las organizaciones a la trágica represión en Neuquén, podría interpretarse como un cambio clave en el panorama sindical, en momentos en que el gobierno puja por cerrar una nueva ronda de negociaciones salariales. Aún con sus diferencias, la conjunción de los representantes de las centrales obreras, enfrentadas por la personería gremial de una de ellas, es un dato. Pero también las inesperadas dificultades del Ministerio de Trabajo para imponer la pauta del 15% de aumento en las negociaciones de las principales ramas de actividad, el retorno de la conflictividad en los gremios estatales de algunas provincias y el cuasi paro nacional de los camioneros contra la empresa Quilmes.
En el caso de la CGT, el efecto que los incidentes de San Vicente tuvieron sobre el liderazgo del camionero Moyano parecen disiparse, aunque no está claro si alcanzará para frenar la dispersión de los sindicatos del sector privado en estas paritarias, donde los grandes gremios están lejos de hacer cola para firmar la foto del 15%, como el titular cegetista hizo el año pasado con el 19%.
Esas cifras, como las del Indec, son distintas cuando se lee la letra chica de los convenios, pero precisamente porque los números del organismo dejaron de ser referentes para hacer acuerdos de política económica, la pauta salarial es uno de los pocos anclajes que le quedan al gobierno para frenar las expectativas inflacionarias.
Eso explica en parte que este año no alcanzara con modificar el piso de ganancias y atar con Moyano para poner un tope a las negociaciones. Sin el colchón de la posdevaluación y las dudas sobre el control de la inflación, le ponen más dureza a la puja salarial.
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