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domingo,
15 de
abril de
2007 |
"Las inhibiciones se
van y se goza más"
Marianela (el nombre es de fantasía) tiene 36 años, es casada, tiene dos pequeños hijos, y se hace tiempo para la intimidad. Cuando los chicos se van a dormir y se encuentra a solas con su marido, disfruta del sexo. Eso sí, sin hacer mucho ruido para que los niños no se despierten. Dice que la clase le pareció didáctica, porque "dio consejos claros y aplicables".
Adelma y Beatriz tienen 60 años y se empilcharon con todo para ir al espectáculo del bar Olimpo. "A nuestra edad ya no hay preocupación por las pastillas ni chicos que atender. Se van las inhibiciones y el sexo se goza más", dijeron sin vueltas junto a su amiga Alejandra, de 57 años.
"La sensualidad pasa por dentro. Es cuestión de actitud", dijeron Elena y Lily, de 45 y 50 años, minutos antes de que empezara el show.
En una mesa ocupada por amigas, las tres en la treintena y con chicos pequeños, hubo plena coincidencia: aseguraron a coro que los más entusiasmados por la clase de la masajista eran sus propios maridos.
También estaban quienes aprovecharon para festejar su despedida de soltera. Débora Garcilazo está por casarse luego de once años de noviazgo y acompañada por sus amigas, fue a divertirse. Y a aprender nuevos trucos para su noche de bodas.
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