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sábado,
14 de
abril de
2007 |
Magnate ruso trama desde el exilio un golpe contra Putin
"Hay que derrocar a este régimen como sea", dijo Boris Berezovsky al diario The Guardian
Londres. - El millonario ruso, Boris Berezovsky, exiliado en el Reino Unido desde 2003, llamó al uso de fuerza para derrocar al presidente ruso, Vladimir Putin, y dijo que tiene el apoyo de miembros de la elite política del país, reportó ayer un diario británico. El magnate explicó que Putin perjudica a su país, en el que las reformas democráticas no avanzan, reprime a la oposición y pasa por encima de la Constitución. Berezovsky también responsabilizó al Kremlin en sus declaraciones al diario británico The Guardian, de la muerte por envenenamiento del ex espía Alexander Litvinenko en noviembre de 2006.
Rusia reaccionó inmediatamente a los comentarios del prominente enemigo del Kremlin. El canciller Serguei Lavrov dijo que Berezovsky estaba abusando de su estatus de exiliado político en Gran Bretaña y reiteró pedidos para su extradición, al tiempo que el principal fiscal ordenó que se abriese un nuevo caso criminal contra el magnate por complot.
En un aparente esfuerzo por fomentar malestar político antes de las elecciones, el exiliado multimillonario dijo que está financiando a influyentes figuras políticas que están conspirando para tomar el poder, de acuerdo con el diario The Guardian. "Necesitamos usar la fuerza para cambiar su régimen, porque este régimen es inconstitucional", dijo Berezovsky.
El millonario, cuya fortuna está valuada en 1.400 millones de euros, manifestó que él "preferiría que el derrocamiento de Putin fuera pacífico, no me gusta la violencia. Pero el problema es que, por siglos, las autoridades rusas han abusado del pueblo de Rusia, transformándolo en ganado. Por ende, desafortunadamente, no puedo decir que esta revolución se logre sin derramamiento de sangre. Pero les digo, ocurrirá con un ciento por ciento de certeza", presagió Berezovsky.
El magnate está exiliado en Londres desde hace cuatro años, pese a los reiterados intentos de Moscú por lograr su extradición para juzgarlo por "llamamiento a un golpe violento" .
Malestar británico
Luego de darse a conocer esas declaraciones el Ministerio de Relaciones Exteriores británico criticó duramente la posición de Berezovsky y dijo condenar todo llamado al derrocamiento violento de un Estado soberano
En cuanto a sus planes, el millonario exiliado afirmó estar dando "pasos prácticos, principalmente financieros" en el Kremlin para llevar a cabo su plan, aunque no dio a conocer otros detalles.
Esta no es la primera vez que el empresario pone en apuros al Reino Unido por unas declaraciones similares. El año pasado ya dijo a una radio de Moscú que quería echar a Putin por la fuerza, el entonces ministro de Exteriores británico, Jack Straw, afirmó en el Parlamento que apoyar la violencia para derrocar a un Estado soberano era inaceptable y advirtió al empresario de que podía perder su estatus de refugiado en Londres.
En The Guardian, Berezovsky también afirma que no le preocupa cualquier amenaza para que se le retire su estatus de refugiado tras el caso del ex espía ruso Alexander Litvinenko, asesinado en Londres el año pasado con una dosis de la sustancia radiactiva polonio 210. "Hoy la realidad es distinta por el caso Litvinenko", puntualiza. También revela que ha dedicado los últimos seis años a tratar de "destruir la imagen positiva" que mucha gente en Occidente tiene de Putin, a quien califica de "persona antidemocrática". Berezovsky, de 61 años y matemático, hizo su fortuna con la compra de activos del Estado cuando el gobierno ruso entró en el proceso de privatización, pero huyó de Rusia en 2000, tras las elecciones presidenciales.
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, reaccionó exigiendo la extradición del oligarca, mientras el fiscal general ruso, Juri Chaika, interpuso un procedimiento penal por llamamiento al golpe violento y anunció que pediría a Londres la encarcelación de Berezovsky. Chaika denunció además al millonario por la apropiación indebida de 214 millones de rublos (6,1 millones de euros, 8,2 millones de dólares) de la compañía aeronáutica comercial Aeroflot a comienzos de los 90. En el pasado, Berezovsky se consideraba sólo un cómplice, pero con el procedimiento de hoy pasaría a ser sospechoso principal.
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Putin es acusado de encabezar un gobierno antidemocrático.
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