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miércoles,
11 de
abril de
2007 |
Argentina pide a Brasil la extradición de un militar uruguayo
Buenos Aires.- Un juez federal de Argentina solicitó hoy a Brasil la extradición del ex mayor del ejército uruguayo Manuel Cordero, imputado de haber torturado a prisioneros del centro clandestino de detención conocido como “Automotores Orletti”, durante la última dictadura (1976-1983).
La medida fue dictada en el marco de la “megacausa” en la que el juez Daniel Rafecas investiga las violaciones a los derechos humanos cometidas en el ámbito de operación del Primer Cuerpo de Ejército y específicamente por la privación ilegal de la libertad y torturas en al menos 32 casos de tormentos a connacionales suyos, entre mayo y noviembre de 1976.
Según las organizaciones de derechos humanos de Argentina y Uruguay y sobrevivientes de los campos de concentración de aquellos años, Cordero era uno de los principales interrogadores y torturadores.
Cordero está detenido en Brasil desde el 27 de febrero pasado, pero se encontraba en ese país desde julio del año 2004 cuando huyó de Montevideo, donde también se le abrió una causa por la desaparición del militante uruguayo Adalberto Soba Fernández y también se solicitó su extradición.
La justicia de ese país ya procesó por este caso a los militares y policías José Nino Gavazzo, Jorge Silveira, Gilberto Vázquez, Ricardo Arab, Ricardo Medina, Luis Maurente, Ernesto Ramas y José Sande.
En medio de este proceso, y antes que Uruguay, el juez argentino Guillermo Montenegro solicitó en 2005 a Brasil la detención de Cordero en la causa abierta por el secuestro en 1976 de María Claudia García, nuera del poeta argentino Juan Gelman.
Cordero logró inicialmente que la Justicia de ese país aceptara un pedido de refugio, pero el juez brasileño Roberto Luchi le negó en enero una solicitud de amparo para mantener indefinidamente su condición de refugiado.
En “Automotores Orletti” operaban conjuntamente miembros de los servicios de inteligencia argentinos, uruguayos y de otros países de la región en el marco del denominado “Plan Cóndor” de coordinación represiva.
El centro estaba a cargo del fallecido Aníbal Gordon, quien lucía el retrato de Adolf Hitler en su amplio despacho contiguo a la sala donde se torturaba a los prisioneros. (DPA)
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