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miércoles,
11 de
abril de
2007 |
El escándalo
mediático de
los marinos
golpea a Blair
Londres.— El escándalo sobre la autorización y posterior prohibición de que los 15 marinos británicos detenidos en Irán vendieran sus historias a los medios, se instaló como un incómodo tema en la castigada agenda del gobierno de Tony Blair, al que acusan de convertir a las Fuerzas Armadas en un “hazmerreír”.
“El gobierno es responsable del escándalo” y de “haber convertido a las Fuerzas Armadas en un hazmerreír”, acusó ayer Peter Kilfoyle, ex secretario de Estado en el Ministerio de Defensa británico. Kilfoyle consideró que el secretario de Defensa Des Browne, quien el lunes dio marcha atrás y prohibió que los soldados siguieran vendiendo sus historias a los medios, tendrá que “pagar el pato” por el mal manejo del asunto.
El portavoz de Defensa del opositor Partido Conservador, Liam Fox, también levantó su voz. “Los miembros de las Fuerzas Armadas fueron vendidos a la moda más horriblemente indignante”, en un esfuerzo aparente de Gran Bretaña por marcarse una “victoria propagandística” sobre Irán, algo que “no habrá pasado inadvertido” en el mundo, sostuvo Fox.
Browne, quien aprobó la decisión tomada por la Royal Navy alegando “motivos excepcionales”, admitió que la medida “no arrojó resultados satisfactorios”, y dijo que todos los involucrados aceptaron que fue así.
Mientras tanto, Faye Turney, la única mujer entre los 15 soldados capturados por Irán, continuó revelando los detalles de su experiencia en la edición de ayer del diario sensacionalista The Sun. Se cree que la soldado negoció la venta de su historia por más de 100.000 libras (190.000 dólares) antes de la prohibición impuesta por el gobierno. l
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