Reflexiones

Pascuas, esclavos y crucificados

Por Carlos Duclós
“En el país del espejo y lo que Alicia encontró allí”, esa recordada obra que siguió a “Alicia en el país de las maravillas”, la muchacha comienza su historia como un simple peón en el tablero de ajedrez de la vida. Con todo, llega a reina, no sin antes vivir ciertas peripecias, y da jaque mate al rey rojo. Es difícil saber si alguna vez existió un país del espejo y un final tan justo y agraciado como el de esta historia (acaso las sociedades más avanzadas estén más cercanas a él en ciertos modos) o si sólo esa tierra será siempre una maravillosa inspiración de Carroll y, para desgracia y colmo de la ilusión de tanta gente, sólo el sueño de la protagonista.

De todos modos, y de ello no parece que queden dudas, algunas circunstancias que se suceden en algunos países, algunas provincias y algunas ciudades, son muy semejantes a esa ilusoria tierra del espejo. Por ejemplo: En una parte de la narración a la que se alude, el gnomo Humpty Dumpty, le dice a Alicia: "Cuando yo empleo una palabra ella significa precisamente lo que me place hacerle significar, ni más ni menos". Alicia le señala entonces que la cuestión es conocer si es posible que una palabra signifique diferentes cosas, a los que el duende le dice sin más: "La cuestión es saber quién es el dueño, eso es todo".

Queda a criterio del lector determinar, al fin y al cabo, si en algunas naciones, provincias y ciudades hay gnomos, quiénes son, dónde se encuentran, qué hacen y si, como Humpty Dumpty, son algo así como dueños de las palabras que pueden, por arte de magia, darles un significado interesado, que es apropiado para determinadas circunstancias y específicos propósitos. Y queda también a consideración del lector si tales traviesos duendecillos logran, mediante el arte del hechizo, la macana y el poder, persuadir a las personas que más que personas son, para tales duendes, electores. Dicho esto a manera de loca divagación y vaya a saberse por qué (¡¿por qué?!), pásese a cuestiones que tienen que ver con la vida argentina, santafesina y rosarina, sin que, por supuesto (¡faltaba más!) los problemas, si los hay, tengan que ver con espejos, discursos y gnomos.



Esclavos en Egipto.

¿¡Problemas si los hay?! Bueno, no hace falta repasar demasiado las historias de vida argentina de los últimos años para reparar en que no es cierto aquello de...”¡Felices Pascuas, la casa está en orden!”, verdadero paradigma del pensamiento de Humpty que no pierde vigencia ¿verdad? La casa no parece estar en orden y está demás volver a repasar situaciones que el ser humano argentino, si es imparcial, advierte tan pronto como observa la realidad. No se hable entonces de piquetes, pasos internacionales cortados, delitos y muertes, ni de jubilados humillados, ni de pobres aún existentes, ni de salarios oprobiosos, ni de... hablemos de la historia de las últimas horas.

Un docente muerto en Neuquen por reclamar mejores condiciones de vida, un presidente ausente en el acto central con el que se conmemoró los veinticinco años de la guerra de Malvinas. ¿Los motivos de la ausencia? Tal vez el temor a que los docentes santacruceños le reclamaran al comprovinciano presidente mejores salarios. Y, ¡de nuevo! Los empleados del Indec que, palabras más palabras menos dicen que el costo de la canasta básica es superior a lo que sostiene el gobierno. Esto es, apenas una parte de los sucesos de última hora.

Un texto dado a conocer recientemente por las dos centrales obreras (CGT y CTA), con motivo del brutal asesinato del docente neuquino, señala en uno de sus párrafos: "En tiempos en que el superávit fiscal alcanza y supera niveles históricos, los trabajadores nos preguntamos hasta cuándo seguir ajustando". Era hora de que alguien se hiciera esa pregunta, a la que deberían seguir otras. No parece haber dudas: A pesar de los discursos de los Humpty, la casa no está en orden, en estas pascuas sigue habiendo esclavos en Egipto y crucificados.



Más de lo mismo. Y en este marco, acaban de cerrarse las listas para candidatos a concejales, diputados provinciales y senadores en el Frente Progresista y el peronismo santafesino. La verdad sea dicha, todo es más de lo mismo y en algunos casos hay versiones desmejoradas. El Frente que capitanea el socialismo popular ha logrado, es cierto, un cierre prolijo en las listas de diputados, con algunas personas que prestigian el accionar político, tales como Eduardo Dipollina, la doctora Alicia Gutiérrez o el mismo Carlos Fascendini, entre otros.

En el peronismo la cuestión no ha estado tan prolija y han quedado heridos y refunfuñando en el camino, objetivos ideales para la ambulancia política de otros sectores y partidos que, seguramente, pasarán a rescatarlos. “Más allá de algunas honrosas presencias en las listas –dijo un dirigente hace pocas horas- hay también presencias que flaco favor le harán a los candidatos”.

Será acaso por eso que algunos peronistas prefirieron armar listas independientes y distritales, o que otros estén eligiendo opciones extrapartidarias. Claro que sacar los pies del plato en el peronismo a veces no es fácil. Dicen las malas lenguas, esas que a las que tal vez las mueve el resentimiento, que “algunos compañeros están siendo víctimas de amenazas telefónicas” ¿Será así? Tal vez sean habladurías del momento, pues de otra forma Don Jorge seguirá teniendo razón: Algunos peronistas son “incorregibles”.

Pero claro, tampoco este más de lo mismo es propiedad exclusiva del peronismo. Más de lo mismo no necesariamente significa las mismas personas de siempre, sino también las mismas actitudes históricas. En el Frente Progresista, por ejemplo, se armó una adecuada estructura participativa, que podría denominarse coalición, en el orden provincial y en aquellas localidades en donde sólo se puede ganar mediante la unidad de la oposición. Ahora en Rosario, en donde se supone que ganará el socialismo sin mayores sobresaltos, pues en Rosario Frente no existe. El Partido Socialista va sólo, con sus propios candidatos a concejales y los socios políticos que se arreglen como puedan.

Esto pone de manifiesto, evidencia, lo que tantas veces se ha dicho: Este frente, más allá de las honrosas personas que lo conforman, es sólo una estrategia electoral. Algo así como la Alianza. Es de esperar que los opositores santafesinos no tengan el mismo destino que de la Rúa y los suyos.

En fin, en estas Pascuas, y aunque parezca un tono pesimista, están los mismos problemas de siempre, las mismas caras, dos naciones, dos provincias, dos ciudades. Liberados por un lado y esclavos en la tierra del faraón por otro. Los que miran desde abajo de la cruz y los crucificados. Están quienes no se inmutan a pesar de las plagas de este Egipto y aquellos que se reparten las vestimentas de los desamparados en la cruz cotidiana. Será seguramente como dijo alguien hace pocos días: Buena parte de la población está calma si su bolsillo está más o menos satisfecho, otra se conforma con que se embellezca el barrio central con algunos retoques para la postal. Como sea, y por las dudas, a no olvidar lo de Alejandro Casona: “Si eres feliz, escóndete. No se puede andar cargado de joyas por un barrio de mendigos. No se puede pasear una felicidad como la tuya por un mundo de desgraciados”.