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domingo,
08 de
abril de
2007 |
Sin excusas
Actividad física constante
Cuáles son las justificaciones más frecuentes que postergan el inicio de la práctica de ejercicio
Es bien sabido que el ejercicio físico tiene muchísimos beneficios, sin embargo, muchas veces nos prometimos que haríamos una actividad tres veces por semana, y apenas empezamos reducimos la frecuencia hasta que directamente terminamos dejando. ¿Qué pasó? ¿Cómo hacer de la actividad física una prioridad y dejar de lado las excusas? Cuáles son las justificaciones más frecuentes y qué debemos pensar para no hacerles caso?
“¡No tengo tiempo, trabajo todo el día y tengo que estar con mi familia”: Esta es una de las excusas más comunes, sin embargo, seguro podemos encontrar una hora libre, dos veces por semana, para mirar televisión, leer el diario o hablar por teléfono. Entonces, ¿realmente no tenemos tiempo para ejercitarnos? Todo es cuestión de prioridades. Antes del trabajo, en el horario del almuerzo, después de la jornada laboral, o los fines de semana. Si esperamos ocuparnos de nosotros luego de hacer todo el resto, nunca tendremos tiempo. Los gimnasios están llenos de personas con muchas obligaciones, pero que organizaron sus agendas de forma que pueden ejercitarse a la misma hora, semana tras semana. Entonces, hagamos del ejercicio físico una prioridad.
“¡Estoy muy cansada!: Tal vez el cansancio sea producto de la falta de ejercicio. Entonces, ¿porqué no probar?”
“Soy tan poco coordinada que seguramente no voy a poder seguir la clase”: No hay que tener miedo de aprender algo nuevo. Sugerencia: no esperar a ser perfecto en cada cosa que empecemos.
“No tengo plata para gastar en un gimnasio o un club”: Siempre está la posibilidad de ejercitar en casa, o salir a caminar, o asistir a clases gratuitas que generalmente se dan en hospitales o centros de salud.
“Me aburro”: Si no encontramos una actividad que nos divierta, es difícil que estemos motivados. Sugerencia: probar actividades nuevas y agregar variedad al entrenamiento. Esto no sólo previene el aburrimiento, sino que además es desafiante para el cuerpo.
“Soy muy grande o muy joven, tengo sobrepeso, no tengo estado físico”: Los beneficios que aporta el estar activos los recibimos independientemente de la edad, del cuerpo o del estado físico.
“No me da resultado para bajar de peso”: Buscar resultados rápidos nos puede frustrar. Además, focalizarnos demasiado en un sólo beneficio, nos puede impedir ver otras mejoras, como que tenemos más energía o nos sentimos más fuertes.
“Soy vaga”: Una buena actitud es recompensarnos a nosotras mismas al alcanzar una meta. Sea con un masaje, ropa deportiva o un nuevo CD. Con el tiempo, los beneficios del ejercicio serán una recompensa.
“No puedo hacer tres veces por semana”: Esta clase de pensamiento es el que nos lleva a decidir que si no podemos hacer nada. Las personas sedentarias pueden mejorar su salud y su bienestar al hacer aunque sea una vez por semana 20 minutos de ejercicio.
“Hace mucho calor, hace frío, llueve”: ¿Nos preguntamos cómo está el tiempo antes de ir al médico?
El ejercicio es la mejor y más sana alternativa para mejorar la calidad de vida. Es tiempo que nos saquemos de encima las excusas y coartadas.
Mirta de Fussi
Profesora de yoga
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