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domingo,
01 de
abril de
2007 |
Astrología: el carnero del zoodíaco
La astrología es un lenguaje simbólico. El zodíaco está representado por un círculo. Como el ancestral símbolo del Uroboros que es una serpiente que se muerde la cola, comienza en Aries y termina en Piscis, para recomenzar nuevamente en Aries, el primer signo. El símbolo del Uroboros es una figura circular que representaba la unidad de todas la cosas, la naturaleza cíclica, el ciclo eterno de destrucción y creación. Desde la antigüedad, el círculo representó la unidad que subyace en toda manifestación, el espíritu en contraposición a la materia. El zodíaco es un sendero a recorrer que simboliza el camino evolutivo del hombre, las diferentes fases a superar: ronda perpetua de cambios y ciclos de la vida.
El círculo o esfera ha sido desde la antigüedad la representación en sí misma del hombre, la totalidad del cuerpo y el alma. Platón describe a la psiquis como una esfera, y en diferentes culturas representa la perfección, la unidad de la vida y el cosmos como totalidad. Ligado a lo religioso, fue descripto por un maestro zen como imagen de la iluminación y la perfección humana.
El Sol, símbolo del héroe, de la conciencia humana, recorre en un año el sendero representado por los doce signos del zodíaco. Desde el punto de vista astronómico, el Sol se desplaza por un plano llamado elíptica en su trayectoria anual, debido al movimiento de traslación de la Tierra (el plano del Ecuador suele coincidir con la elíptica).
Todos los años, alrededor del 20 de marzo, el Sol sale de Piscis, doceavo signo, e ingresa a Aries, dando comienzo a un nuevo ciclo. Piscis, el último signo, representa el final del recorrido, la síntesis de los opuestos, la integración con el todo y la disolución en las aguas profundas de la vida. Signo femenino, cuyo elemento es el agua, está representado por la figura de dos peces que nadan en direcciones contrarias y unidos por una cuerda, evocando en su figura el yin y el yang: símbolo del equilibrio universal.
Los peces expresaban para la antigua cultura de los caldeos la renovación cíclica de la vida. En la antigüedad, el mar era considerado la gran madre sagrada. Los primeros cristianos utilizaron la figura del pez para identificarse. Se le atribuye a Piscis el sentimiento compasivo y la capacidad de autosacrificio. De todos los signos del zodíaco, es el más asociado al amor universal y la trascendencia del mundo material, conectado con lo psíquico, el éxtasis y la ensoñación.
Aries, el primer signo
Cuando el Sol ingresa al primer grado de Aries, saliendo del gran útero universal que representa Piscis, hace su aparición con gran ímpetu la figura del carnero representando a este primer signo masculino y de fuego. El carnero se lanza a lo desconocido, y desafiante, aprenderá de sus fracasos y errores, y volverá a intentar una y otra vez.
Al representar el despertar de la naturaleza, está asociado con cualidades como la fuerza, el deseo, la impulsividad y la agresividad. Se dice de los nacidos bajo este signo que son valerosos, iniciadores, poco reflexivos, impacientes y van de prisa. También que suelen ser apasionados, impetuosos, explosivos y con salidas bruscas porque son muy directos y frontales, pero no rencorosos.
Optimistas y con gran confianza en sí mismos, como les gusta ser independientes, pueden tener dificultad en cooperar o compartir con los demás. Les cuesta perseverar cuando han emprendido algo, ya que su fuerza está en impulsar, pasar a la acción y vivir la vida con intensidad y entusiasmo. Aries está regido por Marte, planeta de la guerra. El ariano es el guerrero del zodíaco, un pionero, un líder. Como representa las fuerzas del día, vuelca su energía hacia afuera.
Cristina Giménez
Astróloga
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