El cazador oculto: "El sueño de los reyes del cine bizarro"

Ricardo Luque / Escenario

"Dos explosivos filmes al precio de uno". La oferta, que culmina el trailer que desde unos pocos días rota en You Tube, es tentadora. Más si se trata del anuncio de "Grindhouse", la nueva locura cinematográfica de Quentin Tarantino y Robert Rodriguez. ¿Por qué anunciar un estreno tan esperado como una ganga? Es una ironía, claro, que evoca las críticas que castigaron a "Kill Bill", la celebrada aventura de artes marciales de Tarantino, porque para ver completa la película había que pagar dos entradas al cine. Una broma típica de chicos de secundaria amantes de los cómics y el cine bizarro, una legión silenciosa que, desde el diálogo alucinógeno entre Clive Owen y Benicio del Toro decapitado de "Sin City", aguarda con ansiedad una nueva colaboración entre los realizadores. "Grindhouse", que llega a las salas norteamericanas esta semana, pone fin a la espera. Poco se sabe de la película, apenas lo que se deslizó en Internet, y el menú se insinúa prometedor. Es un homenaje a los cines de barrio que proliferaron en Estados Unidos en los 70, donde se donde se exhibían películas Clase B que chorreaban sangre, sexo y violencia. Iguales a las que acá, a la vuelta de la esquina, programaba el Sol de Mayo, el San Martín, el Capitol y tantas otras salas emblemáticas de los tiempos de gloria del cine de súper acción. Un paseo irresistible para adolescentes ávidos de experiencias extremas. Y "Grindhouse" es un homenaje a esa curiosidad. O mejor, a ese morbo. Son dos películas, "Death Proof", la historia de un asesino serial dirigida por Tarantino, y "Planet Terror", una fantasía sobre una invasión zombie firmada por Rodriguez, que se exhibirán separadas por avances de otros títulos, que se promete se exhibirán "próximamente en esta sala", dirigidos por expertos en el género como Eli Roth, Edgar Wright y Rob Zombie. Un sueño para esos chicos que crecieron soñando con pasar una noche Bettie Page. O con Isabel Sarli, que es lo mismo.