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domingo,
01 de
abril de
2007 |
Ni ebrios ni dormidos
En este año 2007, las autoridades pertinentes intensificarán los controles de alcoholemia en las rutas para prevenir los accidentes. Pero es insuficiente. A la campaña de prevención desplegada en las rutas para evitar accidentes le falta una información precisa acerca de los efectos de la somnolencia y la falta de descanso, que producen tantos o más accidentes que el índice de alcoholemia elevado, a estar por las publicaciones de diferentes países europeos. Asumir este conocimiento sólo significaría incorporar ese concepto a la esperada educación vial. La mala calidad del sueño de nuestra población fue puesta de manifiesto en la Encuesta Latinoamérica 2000 (Sociedad Latinoamericana del Sueño) y en “Sueño y Crisis 2001” (más de 1.000 encuestados en 2002). Poner el acento en el control de alcoholemia también supondría una campaña contra el alcoholismo, pero el “mal dormir” tiene muchas víctimas y menos prensa que el alcoholismo, aspecto que resulta muy claro si contemplamos los horarios de trabajo y descanso de los conductores de camiones y transportes públicos, y el alto nivel de accidentes que padecen tanto estos conductores como los privados. Recordando la frase: “...un ciudadano de Buenos Aires ni ebrio ni dormido puede tener expresiones contra la libertad de su país...” (Gaceta de Buenos Aires, 8 de diciembre de 1810. Expresión atribuida a Mariano Moreno, secretario de la Junta), salta a la vista que hace casi doscientos años se señalaban dos estados que perturban el entendimiento. No conduzca ni ebrio ni dormido.
Margarita Blanco
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