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sábado,
17 de
marzo de
2007 |
Dura acusación de ex agente de la CIA a la Casa Blanca
Washington. - La ex agente de la CIA Valerie Plame testificó ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos, alegando que la administración Bush destrozó su carrera al exponer su identidad a la prensa por motivos políticos. El caso Plame tiene contra las cuerdas a la Casa Blanca.
Plame y su marido, el ex diplomático Joseph Wilson, alegan que funcionarios de la Casa Blanca filtraron el nombre y cargo de la agente a la prensa en 2003 en represalia por una columna escrita por su esposo en la que demolía uno de los argumentos del presidente George W. Bush para atacar Irak. "Mi nombre e identidad fueron revelados imprudentemente y sin cuidado alguno por altos funcionarios del gobierno, tanto en la Casa Blanca como en el Departamento de Estado", dijo Plame, de 43 años, al Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental.
La ex agente recordó con dramatismo la mañana del 14 de julio de 2003, cuando ella y su marido fueron citados en un artículo por el columnista conservador Robert Novak, lo que supuso el fin de su carrera en la CIA. "Me enteré por la mañana, muy temprano, cuando llegó mi marido, lanzó el diario sobre la cama y exclamó fue él", recordó. No quedó claro si "él" significaba el vicepresidente Dick Cheney o el asesor de Bush Karl Rove, grandes sospechosos de la filtración del nombre de Plame. "Me sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. En un instante todo pasa por tu mente. Ya no podría realizar más el trabajo para el que había sido preparada", relató Plame. La ley prohíbe que el nombre de un agente de la CIA sea público, y su filtración significa un grave delito federal.
Testimonios ofrecidos ante el fiscal especial del caso y en el juicio contra el ex jefe de personal de Cheney, Lewis "Scooter" Libby, revelaron que algunos de los periodistas más reconocidos de Washington conocieron la identidad de Plame a través de altos funcionarios gubernamentales. El ex vicesecretario de Estado Richard Armitage fue señalado como la principal fuente de la filtración. El resultado más notorio ha sido hasta ahora la condena de Libby, declarado culpable el 6 de marzo de perjurio, obstrucción de la Justicia y falso testimonio. Sin embargo nadie ha sido acusado de exponer la identidad de la agente secreta. l
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